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Los líderes catalanistas ratifican en la Diada su compromiso con la democracia y el autogobierno

Los dirigentes del catalanismo que hace 20 años impulsaban la lucha por las libertades renovaron ayer su compromiso con la democracia y el autogobierno de Cataluña. Lo hicieron en el mismo lugar, la plaza de Catalunya de Sant Boi de Llobregat, donde celebraron legalmente en 1976, por vez primera desde 1939, la fiesta nacional catalana. Los dirigentes de fuerzas entonces ilegales son ahora primeras autoridades de Cataluña. Por la tarde, unas 8.000 personas participaron en dos manifestaciones independentistas en Barcelona. A su término, algunos jóvenes causaron disturbios en el centro de la ciudad.

Todos los oradores estimaron Positivos los objetivos conseguidos, pero coincidieron en señalar que Cataluña aspira a más poder político. Unas 25.000 personas asistieron al mitin conmemorativo, al que habían sido invitados todos los partidos. Pero Esquerra Republicana (ERC), primero, y el Partido Popular, ayer mismo, desistieron de acudir a Sant Boi.El PP se descolgó de la convocatoria a última hora del martes, al ser rechazada su pretensión de que un dirigente conservador tomase la palabra en el acto celebrado ayer en Sant Boi. El desmarque del PP -sumado al anterior de ERC porque la convocatoria carecía de carácter reivindicativo- acabó de quebrar la pretendida unidad de la conmemoración.

Tomaron la palabra tres de los protagonistas de la Diada de 1976: Miquel Roca, Jordi Carbonell, y Pere Portabella, así como los representantes institucionales: el alcalde de la localidad, el presidente del Parlamento autónomo, Joan Reventós, y el de la Generalitat, Jordi Pujol. Presentó a los oradores el vicepresidente de Antena 3 Televisión Manuel Campo Vidal.

Pujol cerró el mitin con una viva defensa de los éxitos conseguidos desde el fin de la dictadura. "Podemos contemplarlos con un sano y legítimo orgullo", afirmó, "porque durante estos 20 años hemos logrado importantes avances en las dos reivindicaciones que entonces perseguíamos: la democrática y la nacional".

Objetivos pendientes

Esto no fue obstáculo para que Pujol, al igual que los demás oradores que intervinieron en el acto, dejara claro que los objetivos máximos por los que se luchaba siguen sin alcanzarse. Citó tres: el pleno reconocimiento del carácter plurinacional del Estado español, la insuficiencia de los mecanismos de poder político de Cataluña, y la insuficiencia de su sistema de financiación.El desarrollo del acto no se resintió de las defecciones de ERC y el PP, algunos de cuyos militantes e incluso dirigentes sí asistieron. Uno de los oradores, Jordi Carbonell, que hace 20 años habló en nombre de la Assemblea de Catalunya y hoy milita en ERC, hizo una defensa de su ideario independentista. Otro, el socialista Joan Reventós, presidente del Parlament, dejó claro que "no hemos llegado a la cima de nuestras aspiraciones".

Por otro lado, unas 8.000 personas, según la Guardia Urbana, participaron en dos manifestaciones independentistas que se celebraron por la tarde en la ciudad de Barcelona. Convocaban ERC, por un lado, y grupos radicales extraparlamentarios, por otro.

Las manifestaciones transcurrieron sin incidentes, si bien a su término, jóvenes pertenecientes a grupos independentistas extraparlamentarios se enzarzaron en una pelea con los de ERC. El joven de 17 años Marc T. G. fue ingresado en el servicio de urgencias del hospital Clínico con contusiones y un traumatismo craneoencefálico, de carácter leve. A las 22 horas fue atendido en el mismo centro el joven de 17 años Albert C. R. por una herida contusa en el cuero cabelludo. El joven abandonó el hospital antes de la medianoche.

La policía local practicó siete detenciones. A última hora de la tarde, grupos muy reducidos trataron de manifestarse en La Rambla. Quemaron un contenedor de basura y una bandera española. La policía les dispersó con disparos de balas de goma y cuatro agentes resultaron contusionados.

Por la mañana hubo el tradicional desfile de entidades cívicas, representaciones institucionales y partidos ante el monumento a Rafael Casanova, en la ronda de Sant Pere de Barcelona. Casanova dirigió la defensa de Barcelona ante las tropas de Felipe V, en 1714, durante la guerra de Sucesión.

Un fuerte dispositivo policial vigiló el lugar para evitar que se reprodujeran los incidentes del año pasado. La comitiva del PP, con Aleix Vidal-Quadras a la cabeza, fue apedreada en aquella ocasión. La delegación del PP no pudo librarse ayer de los insultos de un pequeño pero ruidoso grupo de radicales. También las representaciones de Convergéncia Democrática, Unió Democrática, el Partit dels Socialistes, el Ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno de la Generalitat fueron insultadas.

La ideología de estos jóvenes quedó patente cuando llegó la delegación de Esquerra Republicana, recibida con entusiasmo. ERC se negó a participar en los actos de Girona y Lleida porque los alcaldes, socialistas, se negaron a retirar la bandera española del balcón consistorial. En Tarragona, ERC sí participó en la conmemoración oficial, aunque tampoco aquí el alcalde, de CiU, retiró la bandera.

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