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Lágrimas, en la central

"No llores, Álex. Ha sido tu mejor partido", quería gritarle su padre Lluís. Pero Corretja, de 22 años, no pudo contenerse. Acababa de perder una bola de partido y culminó su brillante actuación frente al número uno del mundo, Pete Sampras, en los cuartos de final con una doble' falta. Perdió por 7-6 (7-5), 5-7, 5-7, 6-4, 7-6 (91-7) tras cuatro horas y ocho minutos.Sampras estaba literalmente agotado -precisó dos litros de suero para hidratarle-, apenas podía moverse, incluso vomitó varias veces, pero su rostro se iluminó con la victoria, porque ya, casi no creía en ella. Alex, en cambio, se arrodilló y las lágrimas humedecieron sus ojos.

"Fue el mejor encuentro de mi vida, pero también el que peor me ha hecho sentir", confesó. "Es muy triste para mí lo me ha hecho Sampras, pero ha demostrado que es un auténtico número uno". El norteamericano, machacado físicamente por el esfuerzo llegó al desempate del quinto set sin fuerzas. Sampras se colocó con match-ball con 6-5, y Álex lo salvó de forma magistral. Después fue el español quien pudo decidir el encuentro con 7-6. Y Sampras salvó un passing con una volea forzada. Con un ace de segundo servicio, Sampras logró su se-undo match-ball Y Alex acabó con una doble falta.

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