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España: 1.300 violaciones y 3.000 agresiones sexuales al año

Según la memoria de la Fiscalía de Menores, en España hubo en 1994 (último año del que hay datos) 3.047 agresiones sexuales, 1.319 violaciones, 181 casos de corrupción de menores, 840 de exhibicionismo y 121 de estupro. Fuera de la lista quedan las víctimas que acuden a curarse a los servicios sanitarios tras sufrir la agresión y que jamás denunciarán nada.Se cree que son tantos los casos que quedan fuera que la secretaria general de Asuntos Sociales, Amalia Gómez, afirma contundentemente que sobre la explotación sexual infantil en España "hay indicios, pero no datos". Y añade que el registro de todas las agresiones es casi imposible, dado que se entra en el terreno de la intimidad.

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Los datos más fiables para enfrentarse a la magnitud del problema son los casos registrados en la Fiscalía General del Estado. Tanto en Asuntos Sociales como en la Fiscalía coinciden en opinar que las agresiones sexuales a menores se producen en su mayoría entre las paredes de sus propias casas y que, en general, se desconoce la magnitud total del problema al no quedar fuera los casos no denunciados.

Fuera de estos cómputos queda, también, la prostitución de los niños, un fenómeno que, según Asuntos Sociales, aumenta en España, al tiempo que emerge con fuerza el uso de los chavales como material pornográfico. El caso del pub Arny de Sevilla es el exponente más reciente y conocido de este fenómeno en el que hay explotación de menores de edad.

Cultura proteccionista

En la Fiscalía preocupa más, sin embargo, el adolescente que el niño. "Para los niños, las instituciones tienen respuesta adecuada", dice el fiscal de menores Félix Pantoja, de la Fiscalía de Madrid. "Las instituciones deberían aplicarse más en el caso de los adolescentes conflictivos".En cuanto a la posible existencia de redes de prostitución infantil en España, Amalia Gómez la rechaza. "Se trata de grupos organizados; no de redes", dice Gómez, que recomienda mucha cautela al referirse a España como país de turismo sexual. Como dato positivo, Pantoja apunta que en España se ha instalado "una cultura de protección de los menores y los temas relativos a ellos se tratan ahora con sumo cuidado".

En España, como en muchos otros países, la familia de las víctimas es el primer lugar donde buscar a los agresores. Gisela Drefechr, responsable del Teléfono del Menor de la Fundación ANAR, da un dato significativo: "El 4% de las llamadas corresponde a abusos sexuales cometidos generalmente en el ámbito familiar, por padres o padrastros".

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