En Yugoslavia se utilizó la psicología social como arma de guerra sobre la población
El X Congreso Mundial de Psiquiatría analiza el origen y los efectos de la contienda
En la guerra de Yugoslavia se ha utilizado la psiquiatría como arma de guerra, a través de los conocimientos de psicología social aplicados fundamentalmente sobre la población civil, aseguraron ayer psiquiatras españoles que han trabajado en Bosnia durante los últimos tres años. Las enseñanzas extraídas del trabajo de las organizaciones humanitarias y de los psiquiatras locales durante la guerra fueron expuestas en el X Congreso Mundial de Psiquiatría, que se celebra en Madrid, en una sesión organizada por profesionales de Médicos del Mundo.
Muchas acciones que se produjeron durante la guerra tenían objetivos psicosociales y psicológicos no militares, aseguró Domingo Díaz del Peral, quien señaló que la población civil es cada vez más un objetivo militar en las guerras. "No se pretendía ganar una guerra sino reducir a una población [la musulmana] a la no existencia". El hostigamiento de esta población, con utilización sistemática de la tortura y el sitio a ciudades como Sarajevo sin conquistarlas, convirtiéndolas en campos de concentración, fueron algunas de estas acciones.En cuanto a la creación de un ambiente prebélico que arrastró a la población serbia, Díaz del Peral recordó que el líder serbiobosnio, Radovan Karadzic, se formó en el Instituto de Salud Mental de Zagreb, que dirigió Raskovic, autor de una doctrina pseudocientífica que favorecía la creación de ambientes perturbados a través del racismo y el nacionalismo.
Miedo
¿Cómo decide un padre de familia entrar en la guerra y matar a su vecino?" se pregunta Alberto Fernández Liria, tras su experiencia en Bosnia. "Es algo que da mucho miedo, porque el ambiente de Mostar es muy parecido al de cualquier ciudad española". Vicente Ibañez-Rojo explica que al principio la guerra, como estrés muy fuerte, hace aumentar el número de personas que se desequilibran, con comportamientos paranoides. Sin embargo, una vez, establecida la contienda se manifiesta poco la patología mental y no aumentan los suicidios, aunque existen muchas oportunidades de dejarse matar que suponen suicidios encubiertos.Para Díaz del Peral los ciudadanos entran en la guerra tras un proceso de adoctrinamiento basado en la identificación con grupos étnicos o religiosos que les hacen sentirse, no agresores, sino víctimas de potenciales agresiones por los otros. Y si no entran, se consideran traidores.Emina Kapetanóvic, de Sarajevo, señaló ayer respecto a su trabajo con los niños durante la guerra la necesidad de hacerles comprender que las emociones que sentían -la rabia, la ira, el miedo- eran reacciones normales ante una situación anormal. Dan Cresson, de EE UU, fue crítico con la tendencia a poner etiquetas mentales a las personas que sufren las consecuencias de la guerra, como el famoso síndrome postraumático, cuando lo único que están haciendo es tratar de superar sus dificultades, y señaló que se ha perdido la oportunidad de hacer investigación.
Médicos del Mundo, señaló Fernández Liria, va a seguir en Mostar porque considera que la situación es todavía muy frágil socialmente y queda mucho por hacer para conseguir que la población metabolice lo más saludablemente posible las experiencias estresantes.
Un congreso masivo
Todas las reuniones del Congreso Mundial de Psiquiatría, al que asisten 10.000 profesionales, se están celebrando en el nuevo recinto ferial de Madrid y los hoteles de los alrededores. En el Palacio de Congresos, una planta entera está tomada por las empresas farmacéuticas dueñas de los tranquilizantes, los antipsicóticos, los somníferos, esos nuevos objetos de deseo de la sociedad moderna.Uno de los congresistas, Octavio Gallego, médico psiquiatra y psicoanalista en Argentina, nacido en España, explica que el especialista dispone ahora de un arsenal de seis o siete antipsicóticos y hasta 20 antidepresivos. En un congreso masivo como éste él busca contactos personales, conocer quién está haciendo qué en cada área y una puesta al día sobre contraindicaciones e incompatibilidades de los últimos medicamentos.
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