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El arsenal madrileño suma 187.000 armas, aparte de las de militares y policías

Jan Martínez Ahrens

Madrid es una ciudad de gatillo fácil. Un total de 187.000 armas, sin contar militares, Guardia Civil y Policía Nacional, tienen residencia en la capital de España. De todo este armamento, 3.530 corresponden a licencias de defensa personal -pistola o revólver- concedidas sólo por casos de estricta necesidad".Son pistolas o revólveres para autoridades, magistrados o empresarios. Otro de los grandes apartados lo ocupan la Policía Municipal, con 5.000 revólveres, y los vigilantes jurado, con 12.400 armas, que sólo pueden llevar cuando van uniformados -excepto en tareas de escolta-

El resto del arsenal de los madrileños lo componen 130.000 escopetas de caza, 16.000 armas rayadas, en su mayoría rifles de caza mayor, y 3.800 armas de tiro olímpico. En términos generales, en Madrid se mueven 110.000 personas con licencia para disparar.

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El control armamentístico en la capital depende de la 111ª Comandancia de la Guardia Civil, con sede en Guzmán El Bueno. El apartado más delicado corresponde a las armas de defensa personal, como las pistolas y revólveres -excluidas las de tiro olímpico-.

La mitad de las licencias concedidas en Madrid pertenece a autoridades, magistrados, diplomáticos o empresarios, como el presidente de la CEOE, que pueden ser objeto de atentados o secuestros.

Para conseguir uno de estos permisos se ha de justificar una situación de "estricta necesidad" y no basta aludir a la protección de bienes.

También se requiere -esto vale incluso para las otras armas- un documento que demuestre la inexistencia de antecedentes penales y un certificado psicofísico similar al del carné de conducir. La duración de estos permisos de armas de defensa personal es de tres años y no se renueva automáticamente, sino que al caducar se ha de reiniciar el proceso.

Esto ocasiona que muchos cargos públicos, al ser reelegidos, no pueden renovar su licencia.

Asimismo, el pase a segunda actividad de militares o policías implica la pérdida de habilitación. "Luego, para conseguir un arma tienen que solicitarla como cualquier paisano" , comenta un experto del instituto armado.

Otro motivo de retirada del permiso es la pérdida de las aptitudes psicofísicas y la comisión de un delito.

Para evitar la picaresca, la Guardia Civil investiga los informes médicos y recaba datos de la policía y de otros puestos.

"Hay quienes, cuando no les conceden en un sitio el documento de aptitud psicofísica, se van a otro centro para conseguir un certificado positivo", comenta el teniente coronel Antonio Almendros.

Una vez concedida la licencia -que tarda dos meses para las armas de defensa personal y algo menos en el resto-, es obligatorio comprar un arma, en caso contrario no se otorga una nueva licencia dado que en la primera se ha argumentado en falso.

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Los tiradores olímpicos pueden tener un número indeterminado de armas, y los cazadores, sólo seis

VIENE DE LA PÁGINA 1El número de armas que pueda poseer una persona depende del tipo de licencia. Así, a los tiradores olímpicos se les permite un numero indeterminado, mientras que para las escopetas de caza y rifles el máximo es de seis, y para las armas de defensa personal, sólo una.

Junto a la licencia, la otra vía de control procede de las mismas armas. Ya en fábrica son numeradas -también sus piezas-, y en la localidad de Eibar (Guipúzcoa), donde se ubica el banco oficial de prueba, son homologadas y se guarda registro de ellas.

En la misma fábrica, además, la Guardia Civil extiende una guía de circulación (cuya copia va a la intervención de destino) que da luz verde a su traslado a la armería.

En estos establecimientos, hay 79 en Madrid -sin contar los 27 talleres de reparación-, las armas sólo son vendidas a aquellos compradores que muestran una licencia en regla. Las armerías tienen obligación de registrar sus operaciones. "No hemos detectado irregularidades en las ventas", afirmó el teniente coronel Almendros.

Una vez con el arma en la mano -sea del tipo que sea- se han de pasar revisiones periódicas. En estas consultas se ha de aportar el arma y la guía de pertenencia, un documento que se entrega al comprador y en el que figura tanto el tipo de arma vendida como su titular.

La duración de las licencias varía. Para un arma corta es de tres años, para una larga cinco años. La edad, sin embargo, influye en la longevidad de los permisos, así a partir de los 60 años valen por dos años y para los septuagenarios un año.

La renovación de las licencias y la revista de armas se intenta que se efectúen conjuntamente. El retraso en la revisión implica una falta leve, con una multa inferior a 50.000 pesetas. En caso de falta grave, como la pérdida del arma, la sanción puede alcanzar las 250.000 pesetas.Si a la tercera revista, el titular no presenta el arma, se le retira la licencia.En 1995 se impusieron en Madrid 280 sanciones, y en los seis primeros meses de este año, 30. Pese a los controles y las sanciones no pueden impedir el uso indebido de tan peligrosas herramientas. El pasado enero, un guarda jurado resultó gravemente herido en el aeropuerto de Barajas tras jugar a la ruleta rusa en su puesto de trabajo.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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