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Lébed y el jefe militar de los independentistas chechenos acuerdan poner fin a la guerra

El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Alexandr Lébed, y el jefe del Estado Mayor de las fuerzas independentistas de Chechenia, Aslán Masjádov, concertaron ayer un alto el fuego a partir del mediodía de hoy (10 de la mañana en España) y firmaron un documento para poner fin a la guerra que establece la separación de las partes beligerantes, la retirada parcial de las tropas rusas y el control conjunto de determinadas zonas de Grozni, la capital chechena. En el mismo momento en el que los generales ruso y checheno estampaban sus firmas en este documento, el telediario mostraba al presidente Borís Yeltsin en el Kremlin declarando no estar satisfecho con la labor de Lébed en Chechenia.

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Lébed llegó a la república norcaucásica rebelde anteayer, pocas horas antes de que finalizara el plazo dado por el mando militar ruso en Chechenia para que la población civil abandonara Grozni, después del cual debía comenzar el bombardeo masivo de la ciudad. El general ruso revocó el ultimátum, que calificó de "broma pesada", al tiempo que insistía en que no creía que la orden recibida de "restablecer la legalidad" en la capital chechena la hubiera dado Yeltsin."Es una tarea imposible comenzar y terminar la guerra en 10 días, porque la liberación de Grozni significa emprender acciones militares de envergadura. Además, debemos restablecer el Estado que existía el 5 de agosto [es decir, el que había antes del ataque guerrillero a la capital chechenia], retirar las tropas y continuar las conversaciones de paz. Esto es una descabellada ensalada rusa. No creo que el presidente haya hecho el documento", dijo Lébed, que ignoró las órdenes de Yeltsin, aunque le dejó la puerta abierta para salir con honor de la situación.

Y esto es lo que trató de hacer Yeltsin a su regreso ayer a Moscú. En una rara entrevista por televisión, el presidente dijo estar al tanto de lo que sucede en Chechenia. "Ahora Lébed ha ido allí para tratar de inclinar a la oposición a celebrar negociaciones de paz. Espero que lo logre, aunque no estoy del todo satisfecho con su trabajo en relación a Chechenia. En sus encuentros con los electores prometió resolver el problema si le daban facultades. Ahora las tiene, pero desgraciadamente no vemos los resultados de su trabajo en Checlienia", señaló Yeltsin.

Por esas paradojas que tiene la vida, en los mismos momentos en que los rusos veían por la televisión a su presidente haciendo estas declaraciones, en la aldea chechena de Nóviye Ataguí Lébed y Masjádov firmaban un acuerdo que, si se cumple, puede significar el comienzo del fin de la guerra más humillante que ha tenido Rusia en este siglo.

Las palabras de Yeltsin hacen pensar que, como ya se sospechaba, las órdenes cuestionadas por Lébed provenían directamente del presidente y que él apoyaba el ultimátum dado por el mando militar en Chechenia.

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El documento firmado por Masjádov y Lébed consta de nueve puntos, entre los que figuran la creación de comandancias conjuntas y la retirada parcial de las tropas rusas y guerrilleras. También contiene la lista de las bases en las que se concentrarán las unidades armadas de las partes beligerantes, establece las vías y el calendario de la retirada de las tropas rusas de los otros lugares en que están emplazadas y prohibe tanto las acciones "terroristas" y "las operaciones especiales", como los enfrentamientos armados. Lébed declaró en Nóviye Ataguí que piensa regresar dentro de dos días con el borrador de un acuerdo político, que discutirá con el líder separatista, Zelimján Yandarbíev.La artillería y la aviación rusas callaron en Grozni durante todo el día de ayer, que fue el más tranquilo desde el pasado 6 de agosto, cuando los guerrilleros atacaron la ciudad. A pesar de la revocación del ultimátum y de la relativa calma reinante, la población civil continuó huyendo. En el centro de Grozni deben quedar ahora unas 40.000 personas.Los soldados rusos bloqueados en Grozni pudieron recibir ayer por la mañana alimentos, agua y medicinas, y retirar a sus heridos gracias a la orden que -en un gesto de buena voluntad- Masjádov dio a sus hombres de dejar pasar a los camiones de las fuerzas federales. Según los últimos datos oficiales rusos, éstas han perdido cerca de 500 soldados en la batalla por la capital chechena y otro millar y medio han resultado heridos.

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