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La Iglesia mexicana acusa al entorno del ex presidente Carlos Salinas de ordenar el asesinato de Colosio

Naiara Galarraga Gortázar

"El autor intelectual del asesinato [de Luis Donaldo Colosio] estuvo en los más altos círculos de poder". Así, sin asomo de duda, la Iglesia mexicana apunta su dedo acusador directamente al entorno del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. La archidiócesis de México mantuvo la discreción a la hora de opinar sobre el crimen que conmocionó a la sociedad mexicana en marzo de 1994. El editorial publicado en el periódico quincenal de la archidiócesis, Nuevo Criterio, que empezó a difundirse el martes, no pasó desapercibido. Políticos y empresarios reclamaron ayer a la jerarquía católica que presente pruebas de, sus acusaciones. Por su parte, el procurador general de México, Antonio Lozano, dijo ayer que existen ya "pruebas contundentes" para acusar al hermano del ex presidente, Raúl Salinas. Lozano dijo, además, que habrá nuevo fiscal del caso, aunque los partidos políticos rechacen participar en su nombramiento.El editorial eclesiástico, titulado Una voz discordante, no se anda con rodeos: "Son muchos los testimonios de la forma violenta con que el ex presidente [Carlos] Salinas resolvía sus dificultades con los demás". Y afirma que "una compleja red de complicidades" fue la que ordenó la muerte del candidato presidencial del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). La archidiócesis dice que Colosio fue asesinado porque era "independiente e incómodo". El texto pide "voluntad política" al presidente Ernesto Zedillo para que la lista de "corresponsables de la injusticia" no aumente. Salinas, que vive un autoexilio en Irlanda, y quienes fueron sus más estrechos colaboradores mantuvieron ayer un silencio sepulcral.

La Iglesia, en uno de sus escasos pronunciamientos claros sobre el magnicidio, rechaza de manera tajante que fuera obra de un asesino solitario, y respalda la tesis de Lozano. Este sostiene que fue consecuencia de una conjura. La absolución de Othón Cortés, acusado de ser el segundo tirador, echó por tierra la línea de las investigaciones de la fiscalía. Tras 29 meses de pesquisas hay un único encarcelado: Mario Aburto, condenado a 45 años.

El fallo judicial desató entonces lo que el editorial denomina "una excesiva reacción de algunos ambientes -priístas y salinistas-" contra Lozano del derechista Partido de Acción Nacional (PAN) y único miembro de la oposición en el Gabinete.

La archidiócesis, que ayer se apresuró a precisar que el editorial es cosa suya y no de la Iglesia en su conjunto, sufrió la revancha: "La Iglesia va a tener que dar algunas pruebas o rectificar, porque esa acusación es muy grave". Esta respuesta del gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio, resume las voces que ayer acusaron a la archidiócesis de especular y emitir juicios con demasiada ligereza.

El respaldo católico a Lozano es explícito: "No es el responsable del homicidio ni del mal manejo del caso durante el primer año de las investigaciones".

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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