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GENTE

DUCHA INESPERADA

El propietario de un quiosco de venta callejera de embutidos en la ciudad sueca de Järvsö,Bengt Jakobsson, se cansó de que urgidos bebedores de cerveza o simples transeúntes apremiados por la próstata descargaran el contenido de su vejiga contra la parte trasera del quiosco, cubierta por el follaje de los árboles. El olor de sus frituras se confundía con el del orín, en una mezcla nada estimulante para el apetito de los clientes. Para resolver el problema instaló en el lugar adecuado una ducha que, mediante un aparato electrónico, detecta la presencia del intruso y, tras unos segundos, descarga sobre él el agua contenida en un recipiente. Jakobsson es comprensivo con las necesidades de la gente y critica a la comunidad que no instale más urinarios en la zona, pero defiende su negocio. Como consuelo, asegura que los damnificados no tendrán gastos de tintorería: sólo usa agua limpia para ahuyentar a los incontinentes.-

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