De la incredulidad a la alegría

"¿Seguro que he ganado? ¿De verdad? Crivillé tardó un tiempo en aterrizar, en darse cuenta de que acababa de lograr la más dulce de las victorias, la que se obtiene frente al peor enemigo y por el margen más pequeño. "Es increíble, estoy muy satisfecho, todavía no me lo puedo creer", repetía, esta vez sí, expresando toda su alegría.El triunfo del piloto catalán le sitúa en el primer plano del Mundial, en el lugar reservado a los elegidos, aunque Doohan-primero- le aventaja en 52 puntos en la clasificación general. "Así son las carreras", dijo. "Unas veces se gana y otras se pierde, pero lograr un triunfo así es, muy bonito". "En la última vuelta lo intenté como en Austria", relató, "pero esta vez tuvo que esperar al último metro para superar a Doohan. Lo importante no es cómo se consigue la victoria, sino ser el primero en la meta".

Doohan no opinaba lo mismo. Después de aceptar a regañadientes la inapelable realidad de la foto-finish, el australiano criticó la actitud de Crivillé: "Cuando se pone delante es incapaz de tirar fuerte, y después se aprovecha de mi ritmo para pasarme sólo al final". Nadie entendió semejante ataque, cuando este tipo de táctica es de lo más habitual.

El noi de Seva, que este año ha ganado ya dos carreras y ha sido segundo en cinco, no quiso entrar al trapo de su colega, que reanudó la polémica que acompaña sus duelos esta temporada. "No me importa lo que diga. Él también ha ganado carreras saliendo desde atrás", comentó. Esta semana tendrán ocasión de cerrar heridas, pues compartirán entrenamientos privados en Brno, aunque seguro que volverán a abrirlas en cuanto salten a la pista en la próxima carrera, en Imola, el 1 de septiembre.

Un día más, el éxito de Crivillé eclipsó a los restantes españoles en 500cc. Carlos Checa (Fortuna-Honda) realizó una espléndida carrera (octavo) y Alberto Puig fue 12º.