Golpe a la tradición blanca

El viernes por la noche, del susto, más de un madridista estuvo a punto de caerse de la butaca. Su Madrid, el de la indumentaria blanca inmaculada, lucía un camiseta extravagante, con una especie de frente cruzado bicolor (blanco y morado). El toque modernista del diseño golpeaba el clasicismo sagrado. "Un sacrilegio; la tradición, manchada", respiraba ayer el madridismo por todos los corrillos.El club se ha apresurado a aclarar que no hay motivos para el revuelo, que se trata tan sólo de "una tercera opción en cuanto a los uniformes". ¿Para qué sirve una tercera indumentaria que tiene los mismos problemas de coincidencia que la oficial? Detrás de la innovación se esconde un fin económico. Manuel Fernández Trigo, el gerente del Madrid, lo justificó: "Nos lo pidió la casa Kelme [firma que surte de material deportivo al equipo, con sede en Elche, escenario del partido], para darla a conocer al público". La idea es utilizarla sólo esporádicamente. Si no lo impide el madridismo, que ya se ha apresurado a poner el grito en el cielo. Un problema similar vivió recientemente el Barcelona cuando introdujo una línea blanca [un color prohibido para la religión culé por razones obvias] en su camiseta.

"Como viejo aficionado", afirmó ayer Inocencio Arias, ex director general del Madrid, "no me gusta. Objetivamente no es fea, pero no está justificada. Viendo al equipo con ella, uno piensa que nos han robado algo del Madrid. En mi retina está siempre el blanco inmaculado. La camiseta. del viernes desvirtúa esa imagen tradicional. ¿Nos han dado 300 millones? ¿Nos han asegurado la Copa de Europa? Me han roto los esquemas".

Ex jugadores del equipo, como García Remón y Gallego coincidieron en reconocer que el uniforme les impactó, pero restaron relieve al asunto. "El primer uniforme debe ser el blanco. Pero algún motivo habría. Yo he llegado a jugar con un Madrid de rojo", opina García Remón. Gallego también prefiere el blanco: "Entiendo que la del viernes no debe usarse habitualmente". Y la del Madrid del viernes era una camiseta con pechera bicolor. Para frotarse los ojos.