Premio a una temporada aciaga
Bruguera gana en semifinales al brasileño Meligeni y disputará el oro al estadounidense Agassi
HOMBRESBruguera puede conquistar mañana el más inesperado premio en una temporada aciaga. Ya logró ayer un anticipo, la medalla de plata, como mal menor, pero llegado a este punto todo puede pasar. No será un torneo del Grand Slam que le compense su hundimiento espectacular entre los mejores del mundo este año, pero sí algo imborrable incluso en el palmarés de los tenistas profesionales. Porque la conquista de la medalla de oro olímpica no será comparable a Roland Garros, pero se ha convertido en una cita para jugadores resistentes a las más duras condiciones climatológicas. Si ya lo fue Barcelona, en Atlanta aun más. Y por no sufrir gratis ya no han venido estrellas como Sampras, Muster o Steffi Graf. Ellos se lo han perdido.Bruguera venció ayer con paciencia, trabajo y un servicio mejor al jugador brasileño Fernando Meligeni, una de las sorpresas del torneó, por 7-6 (11-9) y 6-2. Sufrió para ganar el primer set en la muerte súbita, y arrasó después. Se enfrentará mañana en la final al estadounidense Andre Agassi, que se impuso en la otra semifinal al indio Leander Paes por 7-6 (7-5) y 6-3.
También en Barcelona se les atragantó el sofocón a las figuras y Jordi Arrese casi gana ante el suizo Marc Rosset. Por eso no es extraño que en Atlanta se haya repetido la historia y en este río sin grandes tiburones hayan sobrevivido pescados de menor fiereza como el propio Bruguera actual, o su rival de ayer, el brasileño Meligeni, argentino de origen, que anda por encima del puesto 60 de la Asociación de Tenistas Profesionales.
Ganador de la Orange Bowl junior en 1989, apenas ha conseguido torneos de menor nivel en su carrera, destacando el de Gstaad (Suiza) en 1995. Es de losque no pasa de las primeras rondas en las grandes citas, pero aquí ha podido hacerlo. Es un jugador simpático. zurdo, con un drive fuerte y un servicio aceptable, pero con un revés muy limitado.
Bruguera, con método estudiado, se limitó a castigarle el revés y le costó lo suyo ganar el primer set. Aunque se impuso más fácilmente en todos sus servicios, no logró romper el de su rival. Tampoco quiso forzar, porque las fuerzas con el calor reinante no se sabe nunca hasta dónde pueden llegar. El partido empezó hora y media de retraso por la lluvia, pero eso supuso más humedad aún, cercana al 90%, y casi 32 grados de bochorno. Al final incluso salió el sol, pero cuando Meligeni era ya un juguete en manos de Bruguera. En el tie break, el español pasó dos momentos de gran apuro, cuando tuvo que levantar dos puntos de set, con 4-6 y 5-6 en contra, pero la tensión también le pudo al brasileño, que incluso cometió una doble falta en esos momentos. Bruguera igualó a 6 y ya tuvo siempre ventajas hasta que ganó el set en la cuarta, con 11-9.
El partido se terminó ahí. Meligeni se hundió y Bruguera, tras romperle dos veces el servicio, se fue hasta un 4-0 ya irremontable. Además jugó el mejor tenis del encuentro, con golpes variados y cruzados, algo que no se había atrevido en la primera manga. Le entró ya todo, suerte incluida, y al brasileño nada. El trámite de 6-2 puso a Bruguera en el camino del oro.
El tenis español ha tenido en él y en Arantxa a dos pilares. De Arantxa, que debe ganar mucho más fácilmente el oro hoy ante la norteamericana Lindsay Davenport, ya se esperaba por su coraje innato. De Bruguera, no tanto, pero se ha sabido salir de la ruta triste, pusilánime y rara de Conchita Martínez, que ha perdido la ocasión de su vida de jugar la final olímpica española.
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