España reta a la temible Suecia

HOMBRESEs un reto de lujo, muy estimulante para los jugadores españoles. Superado el 5º puesto de los Juegos de Barcelona 92, España quiere repetir, como mínimo, la plata del reciente Campeonato de Europa, disputado hace un par de meses en nuestro país. Pero el rival es durísimo: la mítica Suecia (La 2, 22.15), tres veces campeona del mundo, actual subcampeona olímpica, con una generación de estrellas muy mentalizada porque su ciclo termina.La brillantez del partido depende de que los jugadores españoles se crezcan contra un adversario al que ya ganaron hace dos. meses. Ese día, en Sevilla, España empezó a romper el tabú de no saber rendir al máximo en los momentos decisivos. -Su victoria por 24-23 frente al equipo sueco en la primera jornada del campeonato europeo abrió las puertas del mayor éxito del balonmano de nuestro país.

El seleccionador del conjunto español, Juan de Dios Román, es realista: "Aún no hemos hecho nada especial en estos Juegos. Y ya sabemos que el cuarto puesto no vale nada. Pero también que podemos ganar".

El extremo Alberto Urdiales subraya el cansancio: "Estamos bastante machacados. Algunos jugadores hemos acumulado esta temporada unos 80 partidos". El portero sueco Mats Olsson, por su parte, matizó: "Cuando España nos ganó en el campeonato europeo [24-23], necesitaba una medalla para estar en Atlanta 96 mientras nosotros buscábamos la puesta a punto idónea precisamente para estos Juegos".

Olsson rozó la perfección frente a Croacia, que reservó a cuatro titulares. Pero eso no desmerece la elegancia, la constante creación de belleza y las ganas de triunfo que derrochó la selección sueca. El siete mítico, formado por M. Olsson, Wislander, S. Olsson, Thorsson, Lindgren, Hajas y Carlen, al que hay que aadir las incorporaciones más recientes, buscan con denuedo el oro olímpico que nunca han logrado.

Sin embargo, el histórico guardameta español Lorenzo Rico, considerado como el mejor del mundo en su época, es optimista: "Aunque los suecos son muy vanidosos, tienen motivos para estar preocupados. Los españoles están jugando a rachas, con más amor propio que inteligencia. Pero, por primera vez, creen que pueden ganar".