Acción conjunta de Clinton y el Congreso contra el terrorismo
ANTONIO CAÑOEl presidente y el Congreso de Estados Unidos decidieron ayer actuar juntos, de forma bipartidista, en la elaboración de nuevas medidas para combatir el terrorismo internacional y nacional. Esas medidas, diseñadas para responder a la preocupación de la opinión pública tras el atentado de Atlanta y la explosión del avión de la TWA, incluyen nuevas formas de control policial a las que antes se oponía la mayoría republicana.
Bill Clinton advirtió que, pese a esas iniciativas, "no va a ser fácil" acabar con el peligro terrorista, recientemente descubierto por este país. La reunión de ayer en la Casa Blanca, a la que Clinton invitó a los líderes de ambos partidos en ambas cámaras del Congreso y a responsables de la seguridad nacional, fue el mayor acto de unidad entre fuerzas políticas que se ha conocido en Estados Unidos en varios meses de agitada campaña electoral.El presidente norteamericano aseguró que sólo "un esfuerzo largo, disciplinado, concertado y unido" de todos los responsables políticos del país podrá hacer frente con garantías a la amenaza del terrorismo. "Creo que cuando explotó la bomba en el Parque del Centenario de Atlanta, ese lugar se convirtió literalmente en nuestro espacio común, en un símbolo de nuestra determinación a presentar cara al terrorismo", dijo.
Los líderes republicanos y demócratas corroboraron las palabras del presidente, y prometieron sus mejores esfuerzos para llegar a un acuerdo con la Casa Blanca en la aprobación de medidas eficaces contra el terrorismo. Eso significa que la oposición está ahora en mejor disposición para respaldar las iniciativas que rechazó cuando Clinton presentó su primera ley antiterrorista, tras el atentado de Oklahoma, el año pasado.
Iniciativas
Esas iniciativas son:
La autorización para que el FBI pueda interceptar los teléfonos y grabar las conversaciones de cualquier sospechoso de actividades terroristas.
La inclusión en los productos explosivos de un material químico, una especie de marca de identidad, que haga más fácil la localización del origen de una bomba de fabricación casera.
La autorización para que el Ejército pueda trabajar junto con las agencias policiales en los casos de terrorismo vinculado a armamento químico o biológico.
Las dos primeras medidas son las más polémicas. A la concesión de más poderes para el FBI se opone la Unión Americana de Libertades Civiles, que considera que eso supone un atropello a la tradición de libertad individual en este país. Al marcaje de los explosivos se niega la Asociación Nacional del Rifle, un lobby en favor de la venta de armas con fuerte influencia sobre numerosos congresistas republicanos. Las dos medidas parecen tener, sin embargo, prácticamente asegurada su aprobación debido al clima de psicosis terrorista creado en los últimos días. Clinton explicó que la Administración trabajará, además, en el flanco de la cooperación internacional, y mencionó que su Gobierno buscará en la reunión de hoy en París del G-7 el respaldo de las demás naciones ricas en la lucha contra el terrorismo.
El presidente no mencionó específicamente si insistirá en solicitar sanciones contra Irán y Libia, a las que se oponen los demás países del club de los siete.
El terrorismo internacional es, según la CNN, la pista más clara en la que trabajan los investigadores de la explosión en el avión de la TWA. La cadena norteamericana dio esa noticia con muchas reservas recordando el error cometido cuando se atribuyó a grupos islámicos el atentado de Oklahoma.
En el caso de Atlanta, sin embargo, las sospechas apuntan a un hombre blanco y estadounidense cuya voz fue identificada en la llamada que hizo a la policía minutos antes de la explosión. La bomba, de fabricación casera, causó la muerte de una mujer y provocó el fallecimiento de un camarógrafo turco por un ataque cardiaco. Un portavoz del FBI informó que la policía ha recopilado decenas de fotografías y filmaciones hechas en torno al lugar en el que fue colocada la bomba momentos antes de la explosión y recogido las declaraciones de cientos de testigos. Ayer no fue distribuido, como se esperaba, el retrato robot del presunto responsable, y el FBI advirtió que la investigación no está aún suficientemente avanzada. [La televisión francesa difundió anoche por unos instantes dos bocetos del presunto retrato robot, un joven entre 25 y 30 años, pero no explicó cómo lo había obtenido, informa France Presse.]
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