España aprende a ganar en el último minuto
La victoria sobre Alemania abre las puertas de la medallaBALONMANO HOMBRES
Saber ganar en el último minuto con serenidad y máximo rendimiento era tina asignatura casi siempre suspendida por el balonmano español hasta ayer. La victoria sobre Alemania en un partido con muchos altibajos y enorme tensión confirma que España ha adquirido las tablas suficientes para optar a todo. De momento, el camino hacia el podio ha quedado muy allanado para el equipo de Juan de Dios Román, teóricamente superior a sus tres próximos rivales: Argelia, Brasil y Egipto."Estamos en un momento dulce en cuanto a mentalidad, algo que se logra pocas veces", señaló Román hace diez días mientras preparaba a la selección. Pero esa dulzura pareció excesiva el miércoles ante Francia -demasiadas ganas de vencer- y ayer durante el 90% del encuentro. Sin embargo, el entrenador tenía razón porque sólo un equipo convencido de su gran fuerza puede reaccionar como España hizo ante los teutones.
La potencia física de Alemania ha dejado de ser un problema, dado que la alimentación de los ciudadanos españoles ha mejorado notablemente: 1,90 metros y 90 kilos es el promedio de ambos equipos. España mostró a rachas durante la primera parte las demás cualidades exigibles salvo el juego con los extremos, que apenas se vio. Tras el esperanzador 3-0 inicial, todo parecía ba o control, especialmente porque Garralda estaba mucho más centrado que contra los galos. Pero los defectos mostrados contra Francia volvieron a aparecer, añadidos a otro: no aprovechar la superioridad numérica por exclusiones. En consecuencia, Alemania acumuló un parcial de 1-6, que pudo ser aún más favorable sin el recital en la portería del guardameta Fort.
La réplica en el bando rival estaba en el brazo del gigante Zerbe (2,11 metros) que transformó sus cuatro lanzamientos además de partir en dos el ataque español desde el centro de la defensa. Duishebáiev volvió a coger la batuta para lograr un parcial de 5-0 pero él mismo fue castigado con una discutible falta de pasos a dos minutos del descanso. Mal panorama: Alemania se iba al vestuario con la desventaja de un gol y el fantasma de los nervios sobrevolaba el banquillo de Román.
Para colmo, el casi infalible Urdiales falló un penalti a los dos minutos de la segunda mitad y Duishebáiev, aguantando el dolor de un fuerte golpe en la rodilla, cometió varios errores. Y eso no era todo: Thiel, un portero de 36 años, se comportaba cual felino en la flor de la edad. El marcador, 18-19, a 4 minutos del final presagiaba lo peor.
Pero entonces llegó lo mejor. En una equilibrada mezcla de rabia, serenidad y técnica, Olalla marcó dos goles seguidos, Fort continuó con su sinfonía y, el factor clave, los españoles se acordaron en el momento culminante de que Guijosa fue el mejor extremo del Campeonato de Europa. Su gol fue seguido de otro de Raúl para conseguir la matrícula de honor en una asignatura pendiente.
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