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Reportaje:

"Martín se dejó matar"

Habla la amiga del policía asesinado en Manzanares el Real

Guadalupe aún no entiende lo que pasó en la madrugada del sábado pasado, la noche en que Martín Gussi Flores, policía nacional suspendido en funciones, fue brutalmente asesinado en Manzanares el Real (2.900 habitantes). La Guardia Civil sostiene que el crimen se debió a una historia de celos entre dos hombres que amaban a esta mujer ya madura, de voz dulce y largo pelo negro con mechas blancas. "Yo vivía con él [la víctima], porque hace un mes me alquiló una habitación en su caravana, pero cada uno tenía su vida. Eramos amigos y nada más. Teníamos una relación de casero a inquilina. Yo no salía con él, aunque Martín se había enamorado de mí", dice Guadalupe, que trabaja de camarera en el pueblo del crimen. Martín Gussi falleció en un banco de la plaza del Raso, después de que tres hombres le rompieran una botella de whisky en la cabeza y le asestaran cuatro puñaladas por la espalda sin mediar disputa alguna entre ellos, según testigos presenciales. La Guardia Civil detuvo 10 horas después del crimen a R. F. E., J. G. M. y J. R. M. (véase EL PAÍS del pasado día 21). Los responsables de la investigación sospechan que el asesinato se debió a un ataque de celos, ya que uno de los supuestos agresores, R. F. E., había sido novio de Guadalupe. "No sé si se referirán a mí, pero, si es así, están muy equivocados. Es cierto que yo estuve saliendo con R. F. E., pero es mentira que yo estuviera unida sentimentalmente a Martín. Otra cosa es que R. F. E. se montara una película y creyese eso, o que la gente al verme con Martín pensase que era su novia", cuenta Guadalupe, quien repite una y mil veces: "¿Celos por mí? ¿Por qué? Eso no es nada lógico".A pesar de negar que hubiera cualquier sentimiento de amor hacia el fallecido, Guadalupe reconoce que éste ya se le había declarado: "Martín en alguna ocasión me dijo que se estaba enamorando de mí, pero yo le dejé bien claro que para mí sólo era un amigo y que no se crease falsas ilusiones". Casi con la misma contundencia con la que dice estas palabras añade que R. F. E., uno de los detenidos, es incapaz de matar a alguien. "Por lo que yo le conocía, no es capaz de hacer una cosa así".Guadalupe recuerda a la víctima así: "Era un hombre que necesitaba mucho cariño, que buscaba un amigo sincero porque tenía un pasado muy duro. Pero sobre todo era una persona que siempre estaba triste y muy deprimido. Yo creo que le daba igual vivir que morir, y estoy convencida de que se dejó matar, porque en realidad no le importaba seguir en este mundo".

Historia ensangrentada

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