PREFIERE LOS OSOS
lan Gjertz, biólogo del Instituto Polar Noruego, ha confesado tener más miedo de los turistas que de los osos polares que abundan en la región. El motivo de su aprensión es que el número de éstos en las islas Svalbard, cuya posesión comparten Noruega y Rusia, ha aumentado considerablemente, del mismo modo que lo ha hecho también el de turistas. Como en los últimos años se han producido algunos accidentes por ataques de los osos que costaron la vida a dos turistas, éstos están autorizados a llevar consigo una escopeta para defenderse de un eventual ataque. Un comerciante del lugar, atento a las oportunidades del mercado, ha encontrado una fuente de ingresos en el alquiler de escopetas a un coste aproximado a las 1.000 pesetas. El empleado del comercio, que por una coincidencia se llama Björn -que en sueco significa oso- Fjustad, dice proporcionar una somera instrucción a cada uno de los turistas sobre el funcionamiento del arma, pero declina responsabilidades en el uso que éstos puedan hacer después. Hasta ahora no se tiene información de ningún accidente fatal, pero, según Gjertz, "el riesgo de morir ejecutado por un turista es mucho mayor que el de ser despedazado por las garras de un oso". Los cerca de 3.000 habitantes, rusos y noruegos, de las islas acostumbran a llevar consigo siempre un arma cuando se internan por las nieves.-
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