UNA SEMANA DE PÁNICO.

Hace muchos años que el Tour no llegaba a la última semana con un ramillete tan amplio de posibles ganadores. Siempre anduvo la cosa entre dos o tres, y en los últimos cinco años, con Induráin como dueño absoluto. Lo que es evidente es que el que quiera llegar a París de amarillo tendrá que pasar con nota las etapas que restan. En principio, la batalla final se ha de producir en plenos Pirineos. El martes, los favoritos se encontrarán con una etapa de 199 Kilómetros que termina en el alto de Hautacam, de categoría especial. Pero lo que realmente asusta es la brutal j ornada del miércoles, la que termina en Pamplona: 262 kilómetros con tres puertos de primera categoría, uno de segunda y otro de categoría especial. Lo más probable es que ese día el Tour quede entre dos o tres hombres, o que dé ya el nombre del ganador. Si no fuera así, aún queda camino. El jueves, la etapa consta de 154 kilómetros, con dos puertos de segunda. Y si todavía no está decidido, el sábado llega la contrarreloj (63,5 kilómetros) para poner nombre al ganador, En la fotografía, Induráin espera la salida de la etapa de aver.