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Clamor en el PSOE para que el próximo congreso aborde una profunda renovación en la cúpula

Anabel Díez

El PSOE vuelve a sus andadas de 1993, cuando todo el partido se enzarzó en un agrio debate sobre la necesidad de renovarse y cómo hacerlo. El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se ha quedado solo, al menos aparentemente, al proponer que toda la directiva actual, incluido Felipe González, haga las maletas; pero sí hay un clamor general para que el próximo congreso del partido, previsto a partir de marzo, aborde una profunda renovación en la cúpula del partido. Algunos, como el ex ministro José Borrell, hablan incluso de "regeneración, porque la renovación se nos ha quedado corta".

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La gran mayoría de los dirigentes socialistas rebate a Rodríguez Ibarra y no cree que los nuevos casos de corrupción que están apareciendo se combatan con la desaparición de todos los dirigentes del partido, que están en el poder desde hace muchos años. Pero para casi todos el próximo congreso debe ofrecer gestos de cambio y, necesariamente, la sustitución de personas. La batalla estará en cuántas y quiénes.Al secretario general del PSOE, Felipe González, le ha cogido de sorpresa este resurgir de la palabra "renovación" como consecuencia apresurada de los casos de corrupción aparecidos en Navarra y Andalucía. Personas de su entorno aseguran que el líder socialista ha acogido el tumulto de declaraciones de sus compañeros con tranquilidad y que su opinión la dará el lunes, en la reunión de la ejecutiva Federal, el mismo escenario en el que Rodríguez Ibarra formalizará su propuesta.

El presidente extremeño indicó ayer en la Cadena SER que González no debe liderar la renovación del PSOE, y para dar ejemplo anunció que él no se presentará como candidato a la presidencia de la Junta de Extremadura en 1999. "Yo estoy en contra de aquéllos que dicen que hay que ir a un congreso de renovación que lidere Felipe González. Eso no es renovación; eso es volver a la situación en la que estamos". Y remató: "Ha llegado el momento de que gente nueva sea capaz de lo que nosotros estamos imposibilitados de hacer, que es tener credibilidad".

Los restantes miembros de la ejecutiva no parecen tan impasibles como González ante la cadena de declaraciones de unos y de otros. Intentan descifrar qué lleva a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, persona que goza de toda la confianza de González, a decir que todos deben irse, incluido el número uno. Se preguntan, igualmente, que lleva al dirigente vizcaíno Nicolás Redondo Terreros a pedir un congreso extraordinario y, por último, temen que este asunto reabra viejas heridas y unos arremetan contra otros.

Rodríguez Ibarra no se desdijo ayer de su radical petición de cambie de caras de hace un par de días. Al contrario, fue todavía más explícito: "para renovar el partido, el militante tiene que entrar en el congreso sabiendo que todo es renovable, desde el primero hasta el Último". En su reflexión incluye la certeza de que para que existan cambios de verdad alguien tiene que perder, y ha llegado el momento, a su juicio, de que gente nueva encabece la dirección al objeto de recuperar "la credibilidad perdida".

El lunes, asegura, expondrá con más detenimiento su exposición, a puerta cerrada, a los miembros de la ejecutiva federal, en la que estarán Felipe González y el vicesecretario general, Alfonso Guerra.

Rodríguez Ibarra es el único miembro de la dirección que incluye a González en los susceptibles de ser sustituido, ya que otros que también defienden esta propuesta no ostentan cargo alguno en el PSOE. Son sólo militantes destacados. Es el caso de Gregorio Peces Barba, rector de la Universidad Carlos III, o del ex secretario general de UGT Nicolás Redondo, que ayer ratificaron la necesidad de que el secretario general abandone el cargo en el próximo congreso. El profesor Manuel Escudero, promotor hace unos meses con otros intelectuales del PSOE de un manifiesto sobre la renovación, puso énfasis en el remozamiento del proyecto socialista, en un nuevo discurso y, por último y como consecuencia de lo anterior, en la aparición de caras nuevas.

A ellos se ha unido la corriente Izquierda Socialista. Pero nadie más en el PSOE piensa que Felipe González debe incluirse en los renovables. Ludolfo Paramio, responsable del área de formación, considera "insensato" prescindir de González, cuando es el "capital político" más importante del partido. Eso sí, considera que en el próximo congreso debe haber un cambio de personas "relativamente espectacular".

Nadie es imprescindible

Paramio, al presentar la escuela de verano del PSOE, consideró comprensible que algunos compañeros hayan caído en la "tentación" de pedir un corte drástico en el partido- ante la "desesperación" que produce el conocimiento de nuevos escándalos de corrupción. Y como paradigma de esos compañeros que abogan por reformas radicales citó tanto a Rodríguez Ibarra como a José Borrell. El ex ministro de Obras Públicas, aunque elogió extraordinariamente a González, dejó claro que no hay que hacer en el PSOE distinciones entre "lo divino lo humano", por lo que González es, como cualquier otro, susceptible de ser sustituido. En su opinión, ni González ni Guerra son imprescindibles.Al debate de cambios se unieron de inmediato numerosos dirigentes. El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, recordó que él siempre propuso "una reforma en profundidad", pero puntualizó que espera y desea que ese proceso lo dirija Felipe González. "Yo", añadió, "el congreso no lo retrasaría ni un solo día".

El vicepresidente de la Comisión Europea Manuel Marín, que no quiso entrar en nombres, propios, apeló también al próximo congreso, que se celebrará previsiblemente en la primavera de 1997, para poner fin a los problemas de credibilidad que el PSOE tiene por los casos de corrupción. Algunas declaraciones recordaron el viejo enfrentamiento entre guerristas y renovadores. El dirigente castellano-manchego Juan Pedro Hernández Moltó se congratuló con ironía de que Rodríguez Ibarra pida renovación. "Esa petición la planteamos muchos en el último congreso del partido y, curiosamente, Rodríguez Ibarra no estaba de acuerdo".

El alcalde de Barcelona, Pascual Maragall, habla también de renovación, pero defiende que cada federación- del partido la haga según sus necesidades "sin que caiga ninguna cabeza". Más contundentes, Juan Alberto Belloch tachó de "exagerada" la iniciativa de Ibarra -"La regeneración del PSOE sólo es posible con González", comentó el ex ministro de Justicia- y Narcís Serra le emplazó a que reserve sus opiniones para el lunes.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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