Al ángel de la guarda:
Míguel y Pruden están separados por 100 puestos en la general. En la carrera, entre los hermanos Induráin se interpone un muro de cien pares de ruedas. Pero Miguel quiere a Pruden en la misma habitación. Todos saben que el navarro es de pocas palabras, un campeón de monosílabos. Pero incluso un hombre como él tiene secretos. Pruden vela sus sueños con los labios sellados. Y Miguel duerme como un niño porque sabe que hay un leal centinela en el centeno.-
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