"Los madrileños gastan demasiada energía en verbenas".
Con la comedia dramática Stop Madrid, Eduardo Recabarren se suma al escaso grupo de autores que escriben teatro sobre Madrid y además consiguen estrenarlo. Recabarren, argentino, lleva 21 de sus 40 años en la capital y desde hace dos forma parte, con otras diez personas, de Nuevo Repertorio, taller y compañía teatral autogestionada con sede en una antigua carbonería de Lavapiés, la Sala del Mirador. Comparten sede y filosofía con la escuela de Cristina Rota y juntos avivan uno de los más inquietos focos culturales de la ciudad. En las últimas semanas Recabarren y su grupo han recibido dos noticias que suponen un empujón para su proyecto. Una, el anuncio de que la Sociedad General de Autores de España va a publicar en julio las dos obras escritas por él y representadas en el Mirador, Stop Madrid y 20 años no es nada. La segunda, la visita del director Lluis Pascual, a quien, según Recabarren, le gustó la obra y "mostró su interés por colaborar con nosotros".Pregunta. ¿Qué es Stop Madrid.?
Respuesta. Es detenerte en Madrid en un momento y ver que el miedo que uno se tiene a sí mismo lo pone en los demás. Por ejemplo, cuando alguien te vende pañuelos en Atocha y no sabes si subir la ventanilla o darle todo el dinero. En Stop Madrid los protagonistas son una pareja de clase media que saca a pasear todos sus miedos esperando una noche el autobús.
P. ¿Los madrileños serían más felices si no tuvieran que esperar tanto al autobús?
R. Yo creo que sí, porque los madrileños se van guardando la rabia, no la gritan, la van acumulando y sólo de cuando en cuando montan la bronca y eso no es bueno. Creo que gastan demasiada energía en las verbenas.
P. ¿Cuál es su peor momento en una parada?
R. No me ha pasado nunca nada, pero me entra una terrible desazón cuando veo a la gente sola esperando el autobús. Además quería dedicar una obra a Madrid y por eso mis personajes son jóvenes con la edad que yo tenía cuando llegué aquí hace veinte años.
P. ¿Y por qué escogió Madrid para vivir?
R. Cuando vi la película Cría Cuervos en Argentina y las escenas que tiene de Madrid, que creo que son por la calle María de Molina, me dije: yo quiero ir a vivir a esa ciudad. Llegué a los pocos días de morir Franco y viví todo ese proceso tan fascinante de la transición, así que decidí quedarme. Me sentía tan identificado que me inventaba una familia madrileña y una infancia en Chamberí o en el Rastro.
Stop Madrid, de Eduardo Recabarren, por Nuevo Repertorio. Sala del Mirador. Doctor Fourquet, 31. Metro Atocha y Lavapiés. Precio: 1.500 pesetas.
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