Crece la frustración internacional ante la permanencia de Karadzic

Los burlados mediadores en Bosnia-Herzegovina pidieron ayer apoyo ante lo que parece ser un nuevo revés para apartar de una vez del poder al cabecilla serbobosnio Radovan Karadzic, acusado de crímenes de guerra y genocidio por el tribunal de La Haya.Karadzic, en una aparición televisiva grabada en Pale, dijo anoche: "La comunidad internacional no sólo presiona para que yo dimita, sino para que ni siquiera participe en los asuntos de mi partido, para que no apoye a nuestros candidatos ( ... ) Su enemigo no soyyo, lo es el Partido Democrático Serbio" (PDS).

El número dos de Carl Bildt, plenipotenciario en Bosnia Michael Stainer, pidió ayuda a la comunidad internacional para "respaldar con acciones las palabras solemnes". Poco después, el portavoz oficial del Departamento de Estado norteamericano, Nicholas Burns, aseguró que la "reimposición de sanciones [a Serbia y los serbobosnios] era una posibilidad en cualquier momento", lo que se interpreta como una amenaza.

El ex primer ministro sueco Bildt, encargado de poner en práctica los aspectos civiles del acuerdo de paz de Dayton, anunció el domingo a bombo y platillo que Karadzic se había plegado a su ultimátum y había abandonado el poder. Pero fue inmediatamente replicado por la vicepresidenta Biljana Plavsic, a quien se supone que Karadzic ha traspasado alguna de sus funciones formales. La ultranacionalista Plavsic: dijo que el jefe de los separatistas serbios de Bosnia seguirá siendo presidente hasta las anunciadas elecciones generales del 14 de septiembre.

Bildt, maltrecha su credibilidad (ya fue engañado por Karadzic: en mayo), amenazó el viernes con pedir la reimposición de sanciones contra Serbia y los serbobosnios si el cabecilla de éstos no abandonaba el poder el 1º de julio. Karadzic, entretanto, ha utilizado el fin de semana para hacerse reelegir jefe del PDS, que le ha pedido que se presente a las elecciones generales.