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El acusado del secuestro de un químico insiste en implicar a su ex novia

Francisco Javier Cervigón, encarcelado desde hace dos meses por el presunto secuestro y asesinato del químico de Algete José Luis Zaragoza, ha enviado una extensa carta a la juez María Teresa Chacón en la que proclama su inocencia e insiste en implicar en el caso a sus ex novia, María Luisa, una de las hija de Zaragoza. En su misiva, Cervigón no aporta ninguna prueba que le exculpe a él o que inculpe a su ex novia; y se queja de que le hayan encarcelado antes de estar concluida la investigación y cuando aún se desconoce el paradero de quien iba a ser su suegro. No se tienen noticias del paradero del químico desde el pasado 6 de octubre, cuando salió en coche de su domicilio madrileño y se disponía a viajar a Zaragoza para ir de caza.Con aparente desesperación, Cervigón, de 35 años, expone como pruebas de su inocencia una llamada telefónica efectuada hacia el mediodía del 6 de octubre desde la vivienda de la calle de la Dulzaina, en Madrid, que compartía con su ex novia, María Luisa. También habla de una carpeta marrón que hay en esa vivienda y en la que, asegura, hay una nota escrita por él pero que le "dictó" la hija del desaparecido, con la que mantuvo relaciones los últimos siete años. "Soy inocente. La alarma social es mantener en prisión a un inocente", reitera Cervigón en su escrito.

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"Lo que tiene que hacer es decir ya dónde está el señor Zaragoza"

VIENE DE LA PÁGINA 1Fuentes cercanas a la familia Zaragoza aseguran que la llamada telefónica a que se refiere "existe, y la hizo él", pero que su destino fue la cafetería del colegio mayor al que Cervigón pertenecía. "Llamó al encargado para que éste dijese, a quien preguntase por él, que esa mañana había estado en la cafetería", indican estas fuentes. "Lo que tiene que hacer es dejarse ya de historias decir dónde está el señor Zaragoza", agregan estos medios.

En su carta, Cervigón alude a un compló entre María Luisa y un abogado. "¿Por qué me sucede a mí esto [estar en la cárcel]?", se pregunta en la carta. Y reflexiona: "Será para beneficio de Marisa [su ex novia] y quedarse ella lo de su padre [los 90 millones de pesetas en que se iba a vender el chalé que la familia Zaragoza posee en una urbanización de Algete]".

Cuando Cervigón habla del desahucio se refiere a la vivienda de la calle de la Dulzaina, propiedad de la familia de su ex novia, en la que vivía. A espaldas de la familia Zaragoza, convenció a la chica para que le dejase vivir allí argumentado que no le gustaba el colegio mayor. Tras su detención, María Luisa le pidió que abandonase el piso y él se negó; ella ha acudido a la vía judicial.

Respecto a las herramientas que la policía decomisó en la vivienda, y que se sospecha pudieron ser utilizadas para la desaparición del químico, Cervigón dice: "El hacha la llevé desde mi casa de la calle de Burgo de Osma, 59, [la casa de sus padres] hasta la de la Dulzaina [la de María Luisa] antes del 6 de octubre de 1995, y ahí estuvo guardada en un cajón. Las especulaciones son difamaciones".

Otro de los indicios que le inculpan es su extraña intervención en el cobro de un supuesto rescate para entregar el dinero a la "banda mafiosa" que supuestamente tenía secuestrado al químico. "Yo no he cobrado rescate alguno. Aliste [letrado de la familia Zaragoza] era quien iba a transferir [el dinero] a Los Ángeles a través de una banda que Marisa diría. Y el destinatario [del dinero] era, al paracer, un tal Asaad, en una cuenta relacionada con Atlas", explica Cervigón en su carta.

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