El timo de estrellas
Sorpresa al descubrir que después de pagar por anticipado 1.300 pesetas por butaca, después de esperar más de media hora a que empezara la sesión, tenemos (mis hijos y yo) que echar a correr, sí, correr, para conseguir asiento.Indignación al descubrir que no sólo no consigo sentarme (mis hijos, en mejor forma que yo, lo consiguieron), sino que a los cinco minutos escasos de dar entrada a la sala, y tras la carrera, se apagan las luces y comienza la proyección, sin poder encontrar un maldito sitio. Así que, resignada, me siento en el suelo, en las escaleras (!) pensando en las 1.300 pesetas que había pagado por mi asiento.
Indignación creciente siento al encontrarme con que un acomodador pretende hacerme salir de la sala "porque no está permitido sentarse en las escaleras". Y después de equivocarse por dos veces, haciéndome subir y bajar por unas gradas empinadas y a oscuras, para no encontrar mi butaca, y tras molestar a los que -ioh, afortunados!- estaban contemplando la proyección, por fin aparece un sitio y me siento, pero para descubrir que el primer documental ya ha terminado y tengo que conformarme con ver sólo el segundo.
A la salida, pido el libro de reclamaciones y me dan una hoja de papel.
Ya lo saben: una empresa francesa dirige este negocio. ¿En Francia harán igual o sólo aquí, a los pobrecitos españoles?-