Pancartas contra el "sado-monetarismo"
El presidente francés, Jacques Chirac, calificó ayer de "éxito" la cumbre de Lyón. En la rueda de prensa final, enumeró tres novedades de la reunión: por primera vez Rusia había sido incorporada a todas las discusiones, sociales y políticas, por primera vez habían sido consultados previamente (vía embajadas de Francia o enviados especiales de Chirac) los dirigentes de todos los países del mundo, y por primera vez se había contado con la presencia de los máximos responsables de. Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial de Comercio.La presencia de Rusia quedó, sin embargo, deslucida por la ausencia de Borís Yeltsin. La consulta mundial previa no tuvo utilidad práctica. Y la presencia de los dirigentes de organizaciones internacionales fue marginal. Chirac se había propuesto dos grandes objetivos para su cumbre de Lyón: establecer mecanismos frente a los riesgos sociales de la 1 mundialización económica (agravamiento de la marginación de los ciudadanos y países más pobres), y mejorar la situación de los países' menos desarrollados.Sobre lo primero no hubo gran cosa. Estados Unidos y Japón consideran que la mundialización es intrínsecamente buena y que mejor es no tocarla. Sólo los sistemas europeos temen la competencia de las economías emergentes. La cláusula social sobre el comercio, para impedir el trabajo infantil y el neoesclavismo y, de algún modo, mitigar el dumping social, fue remitida sin entusiasmo a la reunión de diciembre de la Organización Mundial de Comercio. En cuanto a la ayuda a los más pobres, Alemania bloqueó la venta parcial de las reservas de oro del FMI y la reducción de deudas se dejó en manos de cada acreedor, con simples apelaciones a la buena voluntad de los prestamistas.
La rueda de prensa final de Chirac fue brevemente alterada por la irrupción de un grupo de manifestantes con pancartas contra el "sado-monetarismo" impuesto por las grandes potencias industriales. Justo en ese momento, el presidente francés se refería, como tantas veces antes, a la gravedad del desempleo en Europa y a la necesidad de reducir los déficit. Fue una conclusión acorde con el tono de la cumbre.