_
_
_
_

Pancartas contra el "sado-monetarismo"

El presidente francés, Jacques Chirac, calificó ayer de "éxito" la cumbre de Lyón. En la rueda de prensa final, enumeró tres novedades de la reunión: por primera vez Rusia había sido incorporada a todas las discusiones, sociales y políticas, por primera vez habían sido consultados previamente (vía embajadas de Francia o enviados especiales de Chirac) los dirigentes de todos los países del mundo, y por primera vez se había contado con la presencia de los máximos responsables de. Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial de Comercio.La presencia de Rusia quedó, sin embargo, deslucida por la ausencia de Borís Yeltsin. La consulta mundial previa no tuvo utilidad práctica. Y la presencia de los dirigentes de organizaciones internacionales fue marginal. Chirac se había propuesto dos grandes objetivos para su cumbre de Lyón: establecer mecanismos frente a los riesgos sociales de la 1 mundialización económica (agravamiento de la marginación de los ciudadanos y países más pobres), y mejorar la situación de los países' menos desarrollados.Sobre lo primero no hubo gran cosa. Estados Unidos y Japón consideran que la mundialización es intrínsecamente buena y que mejor es no tocarla. Sólo los sistemas europeos temen la competencia de las economías emergentes. La cláusula social sobre el comercio, para impedir el trabajo infantil y el neoesclavismo y, de algún modo, mitigar el dumping social, fue remitida sin entusiasmo a la reunión de diciembre de la Organización Mundial de Comercio. En cuanto a la ayuda a los más pobres, Alemania bloqueó la venta parcial de las reservas de oro del FMI y la reducción de deudas se dejó en manos de cada acreedor, con simples apelaciones a la buena voluntad de los prestamistas.

Más información
El G-7 y Rusia exigen a Karadzic que se retire y amenazan a los serbios con nuevas sanciones

La rueda de prensa final de Chirac fue brevemente alterada por la irrupción de un grupo de manifestantes con pancartas contra el "sado-monetarismo" impuesto por las grandes potencias industriales. Justo en ese momento, el presidente francés se refería, como tantas veces antes, a la gravedad del desempleo en Europa y a la necesidad de reducir los déficit. Fue una conclusión acorde con el tono de la cumbre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_