La fiesta aniversario

Soy uno de los milesde asistentes a la fiesta de EL PAÍS en Las Ventas. Lo que en un principio prometía ser la fiesta de la "libertad" y la "solidaridad" se convirtió en la fiesta de la "desorganización",, la "intolerancia" y el "estupor". Me explico:

-Desorganización con la tardanza de apertura de las puertas, que unido al férreo chequeo al que éramos sometidos, no nos dejaban pasar ni agua, logró que a la hora del comienzo faltara un cuarto de la plaza por ocupar su localidad.

El sonido que con dificultad llegaba a un sector de los tendidos resultaba atronador para un sector del ruedo. El no tener previsto algún bis de los cantantes acabó en una bronca monumental.

- Intolerancia, la de una gran parte del público que silbó y abucheó una canción en catalán y un poema en catalán, gallego y eusquera, además del castellano que resultó ileso, y estupor cuando este mismo sector del público aplaudía a rabiar la interpretación de Pongamos que hablo de Madrid, en la que Enrique Morente incluyó una estrofa que decía "porque en esta ciudad cabiemos todos".

Lo mejor de la noche fue el talante democrático y tolerante que demostró, una vez más, Joan Manuel Serrat. Aguantó estoicamente la bronca al interpretar una canción en catalán, por otro lado elegida por la organización, y al final salió a cantar Mediterráneo como si nada hubiera pasado, con una gran sonrisa y dando lo mejor de sí.

Vergüenza sentí de la actuación del público, y en nombre de todos los madrileños que creemos en una convivencia unida de todos los pueblos, quiero pedir perdón a todos los que se pudieron sentir ofendidos por esa falta de respeto a su trabajo, y que recuerden que hubo otro sector del público que sí aplaudió.

En cuanto a EL PAÍS se notó que no eligieron la persona adecuada para organizar un acontecimiento de esta magnitud, ni el sitio correcto para celebrarlo. .