Siete horas de pleno no sirvieron para debatir el futuro ecológico de Madrid
Sólo el alcalde calentó el debate. José María Alvarez del Manzano comenzó el pleno extraordinario de Medio Ambiente con declaraciones explosivas en el patio de Cristales: "Estos plenos tienen la finalidad de llamar la atención, ver quién propone más puntos, pero no sirven para nada". Luego, ante la indignación de los portavoces de la oposición, se desdijo. Sin embargo, no le faltaba razón. Las siete horas largas de sesión no dieron para un debate sobre política medioambiental. La oposición llevaba un total de 124 propuestas. De ellas, el Gobierno del Partido Popular aceptó nueve y siete parcialmente, y se comprometió a estudiar otras 40.
El concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, había Preparado con sus técnicos una memoria muy elaborada sobre el horizonte de sus programas para el medio ambiente -"o el ambiente entero como habría que decir", bromeó- en la ciudad. Destacó especialmente, en un monólogo que se prolongó dos horas, el segundo plan de saneamiento integral y un plan de gestión integral de residuos, que incluye la construcción de un nuevo vertedero.Le precedieron en el uso de la palabra las concejales Nicasia de la Cruz (de Izquierda Unida) y Aria Tutor (del PSOE), que expusieron sus críticas a la política del Partido Popular en ese terreno. Los grupos de la oposición aglutinaron un total de 124 propuestas (algunas coincidentes y otras muchas ya rechazadas en otros plenos municipales) de las que el PP sólo aceptó nueve y otras siete parcialmente. Eso sí, se comprometió a estudiar otras 40 de ellas.
Una matemática que encubre una realidad poco edificante. No hubo debate político sobre la resolución de los problemas de contaminación y de calidad de la vida de los ciudadanos madrileños. Se sucedieron -eso sí- los discursos sin réplica y las explicaciones, someras por fuerza de su ingente número, de las muchas proposiciones.
¿Qué votamos?
Para exasperación de los presentes, la votación de las propuestas del partido socialista necesitaron una previa suspensión del pleno para aclarar la numeración de esas proposiciones.Había hasta tres listas distintas, de modo que no había manera de saber si se aprobaba el cierre de la incineradora de Valdemingómez o la elaboración de una carta verde de los derechos y deberes de los ciudadanos, dos propuestas correlativas. La socialista Tutor atribuyó el embrollo a la secretaría general; y el alcalde, al grupo municipal de Tutor, el socialista.
El PP se compromete (eso sí, siempre condicionado a la existencia de la correspondiente dotación presupuestaria) a crear un servicio de inspección y control de las empresas de limpieza, a renovar columpios, a una actuación en el sur del río Manzanares con la plantación de un número indeterminado de árboles, a clausurar el vertedero de Valdemingómez y construir uno nuevo, a elaborar un plan de protección contra inundaciones y a reclamar la gestión de la red de riego con agua reciclada en los parques.
Además de estas medidas, propuestas por el PSOE, el grupo de Izquierda Unida logró que se aprobase la creación de nuevas zonas medioambientalmente protegidas (Guindalera, Almansa, Capitán Haya, Sol y los cascos de Fuencarral, Vicálvaro y Vallecas); también consiguió luz verde para un plan de recuperación de la Alameda de Osuna, para la creación de puntos limpios en los distritos y para un estudio epidemiológico en el entorno de Valdemingómez que ya realiza la Comunidad, y para la declaración de Madrid como ciudad habitable, además de otros puntos que fueron aprobados parcialmente.
El equipo de Gobierno del PP estudiará (el portavoz de IU, Paco Herrera, arrancó a García Loygorri el compromiso de contestar definitivamente antes de fin de año) otras 40 proposiciones de la oposición.
Entre ellas, destaca la creación de carriles bici, un plan de recuperación de parques, la eliminación de tendidos de alta tensión, la creación de un premio Villa de Madrid para medio ambiente y de un jardín de las Autonomías.
Al concejal de Medio Ambiente le pidió el cuerpo en la ceremonia de la confusión en que se convirtieron las votaciones, aprobar la eliminación de los pasos elevados de Cuatro Caminos y de Santa María de la Cabeza.
La chaqueta del edil
Cuando matizó que se entendía un sí condicionado a una posterior dotación presupuestaria y que no se trataba de proyectos prioritarios, el alcalde le reconvino para que dejase en el congelador del estudio ambas propuestas.Entre las propuestas rechazadas, Herrera lamentó especialmente que se obviasen las relativas a las ecotasas, que Izquierda Unida considera fundamentales. El PSOE había incluido una moción para elaborar una normativa que tienda a sustituir el uso del PVC en la construcción por otros plásticos menos contaminantes, que ya el PP había aprobado en el Senado en 1995 junto con el resto de los grupos políticos, a excepción del PNV. La idea fue desestimada por el concejal de Medio Ambiente.
El edil García Loygorri no tenía la suerte de su lado. Además de las invectivas de Tutor sobre el hedor y la suciedad, que trató de contestar con un "Madrid está precioso", y el embrollo de las votaciones, el concejal tuvo que rogar al alcalde Álvarez del Manzano que le permitiese quitarse la chaqueta, empapada por causa de un mal. encuentro del segundo teniente de alcalde, Ignacio del Río, con un vaso de agua. Álvarez del Manzano se lo permitió de milagro: "Como una excepción", dijo el regidor.
Como consuelo, Paco Herrera le agradeció su talante y el esfuerzo de los servicios técnicos. Tutor se unió a esas buenas palabras y detectó un cambio de estrategia de Loygorri en relación a su antecesora, la actual ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre.
"Tecnicismo excesivo"
"Hemos pasado de la política del marketing a la del tecnicismo excesivo", opinó Tutor. Pero le echó en cara el haber "perdido la ocasión de marcar los horizontes del año 2000 para conseguir una ciudad más agradable para los ciudadanos". Tutor se quejó, en clara referencia a la hoy ministra, de que el área de Medio Ambiente no haya sido capaz en los últimos cinco años de presentar por escrito ningún estudio concreto. Tras siete horas de pleno, el alcalde intervino para matizar los comentarios que había hecho por la mañana y que tan mal habían sentado a la oposición.
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