La República Checa pasa tras un choque dramático

La República Checa coronó ayer ante Rusia el éxito obtenido ante Italia. Fue un choque dramático, desbocado y resuelto, de acuerdo al guión, cuando el reloj estaba a punto de dar el ding-dong. Un gol de Smicer en el penúltimo minuto permitió a los checos atajar la remontada de los rusos y proclamarse cuartofinalistas mientras Italia hacía ya las maletas.Las distintas alternativas le dieron a la refriega un carácter espectacular. Los checos pasaron de la euforia de la clasificación a la eliminación para volver al final al cuadro de cuartofinalistas.

El saldo de la primera parte acabó siendo desgarrador para el discutido equipo de Romantsev: tres disparos de los suyos contra 11 de los checos. El marcador (20) fue benigno con los rusos.

El paisaje de la contienda, sin embargo, se invirtió nada más comenzar el segundo tiempo. Los rusos consiguieron el empate con la misma simplicidad que habían encajado los dos goles. Marcó primero Mostovoi de un cabezazo y después Tetradze en un remate trompicado. Los checos quedaron inutilizados en su propia cancha. Rusia tomó el mando con coraje y la República Checa se fue encogiendo. Le faltó oficio para romper la jerarquía del contrario.

El empate, sin embargo, calmó la sed del colectivo de Romantsev y el partido se equilibró un rato. Hasta que el juego se ensució de mala manera y perdió vistosidad. Otra acción puntual, similar a las de Mostovoy y Tetradze y protagonizada por Beschastnykh, rompió el. partido cuando Rusia expresaba en la cancha toda la complejidad del plantel reunido por Romantsev.

La República Checa parecía ya derrotada por la remontada rusa- el tercer gol lo marcó Beschastnykh- cuando, llegado el penúltimo minuto, el esfuerzo del grupo de Ulirin se encontró con una carrera de Smicer que abrió la puerta para su equipo y cerró el camino a los italianos.