Bono advierte a Aznar que la nueva financiación creará desigualdades

El presidente de la comunidad de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono, salió de su entrevista con José María Aznar más preocupado de lo que entró. Así lo manifestó tras las dos horas que duró su primera reunión con el presidente del primer Gobierno popular. Bono adelantó que la Junta castellano-manchega votará en contra del nuevo sistema de financiación autonómica si, como el propio Aznar le insinuó ayer en La Moncloa, las autonomías tienen capacidad normativa. Razonó que esto podría originar situaciones de desigualdad fiscal entre diferentes zonas del territorio nacional.

Con José Bono termina prácticamente el ciclo de reuniones que, José María Aznar ha venido manteniendo con los diferentes presidentes de las comunidades y que inició con Manuel Fraga, presidente de la Xunta de Galicia, inmediatamente después de ser nombrado jefe del Gobierno central. Aznar se ha dedicado a lo largo de estas entrevistas a escuchar, pero ha revelado muy poco sobre sus intenciones acerca del nuevo sistema de financiación autonómica, pieza fundamental de su pacto con los nacionalistas catalanes, vascos y canarios. Bono lo confirmó ayer: "Concreciones, ni una".Todos los presidentes autonómicos salieron de La Moncloa como habían entrado. Los diez dirigentes del PP lo hicieron más identificados con el líder de su partido que con el nuevo sistema de financiación, salvo alguna excepción, como la del presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que ensalzó sin ningún tipo de trabas un sistema de financiación que favorece de manera nítida a su región.

Los tres presidentes socialistas -José Bono, de Castilla-La Mancha; Manuel Chaves, de Andalucía, y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, de Extremadura- han manifestado unánimemente su preocupación y han adelantado que votarán en contra del nuevo sistema de financiación de no cambiar las cosas en el proceso de negociación que en los próximos días abrirán los ministros de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, y de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, con las comunidades autónomas.

Este proceso negociador, en el que se manejarán números, culminará con una reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), el órgano decisivo en materia de financiación, antes del 31 de julio.

A falta de datos nuevos, Bono se movió en un terreno crítico plagado de generalidades políticas. "Pensé que el Estado de bienestar podía correr riesgos cuando el señor Aznar ganó las elecciones. Pero ahora creo que, además, está en riesgo la vertebración de España", advirtió.

El dirigente castellano-manchego argumentó que, si cada comunidad autónoma va a tener capacidad normativa con la entrada en funcionamiento del nuevo sistema y, por tanto, se va a cotizar de manera distinta en unas regiones y otras, España perderá un elemento de cohesión importante, como es precisamente el fiscal.

"Me pareció escuchar una concreción", dijo Bono en referencia al planteamiento que le hizo Aznar de que las comunidades de más baja renta podrían rebajar los impuestos para conseguir un "efecto atractivo", cuestión con la que discrepa Bono porque, dijo, confirma sus temores de que se propicie una desigualdad.

A juicio de Bono, cualquier sistema fiscal debe contribuir a la igualdad de oportunidades entre todos los españoles y no sólo entre los ciudadanos de una misma comunidad, que es lo único que parece garantizar la nueva financiación autonómica que se plantea.

El presidente de Castilla-La Mancha reconoció que llegó a solicitar un informe jurídico sobre la constitucionalidad del sistema, pero precisó que el propio jefe del servicio le respondió que era imposible realizarlo ante la falta de datos concretos. Bono puso el acento en la inconcreción y dejó aún la puerta abierta a un posible acuerdo con ' una oposición claramente definida a la concesión de la capacidad normativa.

También aclaró Bono, como ya habían adelantado sus homólogos socialistas de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y de Andalucía,, Manuel Chaves, que no habrá un bloque común de las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE frente al nuevo sistema de financiación. "No se trata en ningún modo", dijo, "de hacer un frente a tres". Y dio a entender que, si la negociación fracasa, serán los órganos ejecutivos del propio Partido Socialista los que lleven en sí el peso de la denuncia del sistema.

Bono aprovechó para solicitar a Aznar un plan de empleo "que no tenga peor consideración que el pactado con la minoría canaria".