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EURO 96

Clemente envía a Caminero al banquillo

España recurrirá a la fuerza y la presión en el partido clave ante Rumania

La selección española se juega el pase a los cuartos de final envuelta en mil polémicas, apretada por la necesidad de ganar y pendiente del resultado que obtengan Francia y Bulgaria. Entre todas las variantes hay una que se hace irremediable: el empate a dos o más goles entre búlgaros y franceses dejaría a España fuera de la Eurocopa. Mientras los corrillos se debaten en apuestas sobre la posibilidad del apaño, casi nadie ha reparado en el enfrentamiento con Rumania. Sin embargo, el juego de la selección no invita a pensar de manera optimista, a pesar de la condición de eliminado que tiene su rival. Y Clemente sigue fiel a sí mismo. Fuerza y presión. Mantiene el trío Alkorta, López y Abelardo, Nadal entra en el centro del campo, Pizzi regresa a la delantera, ahora junto a Kiko... y Caminero, en el banquillo.En la víspera del partido volvió a vivirse el ambiente agotador de otras jornadas. La conferencia de prensa de Clemente estuvo presidida por la tensión, por las disputas personales, por un cruce chabacano de medias palabras, desafíos y vedetismo. La presencia de los jugadores en las últimas filas reveló la desorientación que se advierte en Oulton Hall. Se habían acercado probablemente porque se escenificaba un show, porque se anunciaban palabras gruesas y enfrentamientos dé Clemente y algunos medios informativos. Sin saberlo, los futbolistas definían perfectamente el momento actual en la selección. Del papel protagonista que les corresponde han pasado a la situación de espectadores.

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Será difícil reponerse de la desintegración actual. Incluso la figura de Goikoetxea, ayudante del seleccionador, animó a la confusión. Goikoetxea confirmó que abandona su cargo. La decisión se interpreta como el distanciamiento definitivo entre Clemente y un hombre de su vieja guardia pretoriana. La noticia, conocida en la víspera de un partido crucial, desvela el estado de la selección y su entorno.

Los conflictos y el descontrol presiden las horas previas al partido con Rumania. Sin embargo, nadie parece darse por enterado de las dificultades que presenta el encuentro. Aunque Rumania está eliminada, nada de lo que ha hecho la selección española permite pensar en la seguridad de la

wria. La mejor cualidad del equipo ha sido su capacidad agonística, una constante en la era Clemente. Pero las condiciones actuales son peores que nunca. El juego ha sido malo, han faltado recursos futbolísticos, se ha vivido de dos rechaces -el gol de Alfonso y el despeje de Deschamps- y Clemente no ha encontrado el equipo que incluso le garantice el fútbol que quiere. Nuevamente habrá cambios en la alineación. En el entrenamiento de ayer, Clemente alineó a López como lateral derecho, Nadal en el centro del campo, Kiko en la media punta, Manjarín en la banda derecha y Pizzi en la delantera. Según las previsiones, salta la mitad del equipo o al menos se cambian sus funciones.

Caminero, autor del gol ante Francia, parece que será suplente, una medida arriesgada con un jugador de un oportunismo muy desarrollado en esta clase de torneos. La inclusión. de Nadal como segundo volante central, junto a Hierro, avisa de las intenciones de España: más juego físico, más pelota larga, más búsqueda de los rechaces en la frontal del área y más atención a las jugadas a balón parado. La receta ha resultado insatisfactoria por fútbol y por resultados. Clemente considera que la presión y la fortaleza bastarán para desarmar a Rumania. El argumento se antoja pobre.

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