Recetas para salir de la crisis
El Libro Blanco del taxi da un 'tirón de orejas' al Ayuntamiento y al sector
Tirón de orejas para todos. Para el Ayuntamiento, por falta de atención al sector, y a éste, por falta de competitividad. El Libro Blanco del taxi, al que tuvo acceso este diario, hace el diagnóstico de la crisis de este servicio público y plantea posibles soluciones para remontar la mala situación. El gobierno municipal y los representantes de los conductores iniciarán a finales de este mes la discusión del documento, 11 tomos sintetizados en un resumen de 88 páginas. Para realizarlo se han hecho 1.800 encuestas a usuarios y 400 a conductores.Vacíos el 60% del tiempo. En Madrid hay 15.505 licencias de taxi, una cifra congelada desde 1979, pero superior a la de las de más ciudades españolas. Los días laborables, cada vehículo hace algo menos de dos carreras por hora, a una velocidad media de 22,5 kilómetros. Los coches sólo tienen clientes el 40% del tiempo (en torno al 30% los fines de semana). De lunes a viernes, el parque de turismos públicos transporta diariamente a 456.636 personas. La jornada de los conductores ronda las 13 horas diarias en los vehículos que sólo circulan durante un turno y es algo inferior en los que tienen doble jornada.
Tarifas suficientemente altas. Resultan un 5% más caras que el conjunto nacional y son "demasiado elevadas". "En los últimos siete años han experimentado un crecimiento de 17 puntos por encima del índice de precios al consumo [64,5 frente al 47,4]", señala el Libro Blanco, elaborado por la consultora Taryet. Por ello, la rentabilidad no debe venir por más aumentos de precio, sino por una mejora de la competitividad que favorezca el aumento de la demanda y una racionalización de la gestión que abarate los costes.
Caída de beneficios. Entre 1993 y 1995, los beneficios del sector han caído el 13,5%. Los días laborables, la recaudación oscila entre 17.818 pesetas para los coches que ruedan con un solo conductor y las 30.670 de los que tienen doble turno. En fin de semana es más baja. Una vez descontados los gastos de explotación, los ingresos son de 2,75 millones al año en el primer caso. En el segundo, el titular de la licencia percibe una media de 4,12 millones. Los vehículos que circulan un solo turno recorren 46.682 kilómetros al año, y los de doble, cerca de 80.000.
Más usuarias. Las mujeres toman más taxis que los hombres. La mayoría tienen entre 19 y 25 años, son cuadros medios o superiores y recurren a este transporte por motivos de trabajo. Casi la mitad de los clientes de días laborables toman taxis más de cinco veces por semana. El motivo suele ser la prisa. A siete de cada 10 clientes no les molesta la mampara de seguridad.
Un servicio de 'notable'. El precio es el aspecto peor valorado por los usuarios, seguido del vestuario de los conductores, la limpieza y calidad de los vehículos y la cortesía de los taxistas. Pese a ello, los clientes dan un calificativo de notable al servicio. Lo valoran más que la Seguridad Social, la compañía de la luz, el transporte colectivo o la Telefónica, servicios que reciben peor calificación en las encuestas.
Más empleo y facturación. El sector factura 78.200 millones de pesetas al año y tiene 20.500 empleos directos. El mercado de licencias (cuestan entre 7,5 y 8,5 millones) mueve otros 5.500 millones. "El coste por viajero transportado, tratándose de un transporte individual puerta a puerta, es tan sólo el doble del coste por viajero en el metro y algo menos del triple del coste por viajero en la EMT", señala el Libro Blanco. "En cambio, el sistema de transporte colectivo le está costando a la colectividad más de 30.000 millones de pesetas al año", añade. Tras esta afirmación, los autores del informe deploran la "falta de atención por parte de la Administración", al sector.
Dejadez Municipal. "Los principales problemas que sufre el sector del taxi en Madrid no son debidos tanto a un exceso de oferta, aunque sea posible y deseable racionalizarla y disminuir las horas de servicio de cada taxista, como a una falta de atención por parte de las autoridades de transporte, a la que se añaden las dificultades propias de un sector tan atomizado". Según el libro, pese a que el Ayuntamiento es el responsable último del servicio, falta un sistema municipal de inspección, vigilancia y sanción eficaz "que erradique la sensación actual de que vale casi todo". Señala el "alto nivel de intrusismo", que provoca "competencia desleal".
Taxímetros trucados. El texto también reconoce la existencia de "un alto nivel de manipulación fraudulenta del sistema tarifario". En cuanto al parque de vehículos, resulta en general poco adecuado, y la edad máxima admisible (10 años) es "excesiva". Escasean vehículos adaptados para minusválidos.
Controlar y ampliar la zona de trabajo. El libro recoge una serie de propuestas destinadas al Ayuntamiento de Madrid, como la creación de un cuerpo de inspección de transportes. Señala que es competencia de la Administración "erradicar el intrusismo", que perjudica a los profesionales al menos en 50.000 pesetas al mes. Los intrusos suelen ser funcionarios cuyo pluriempleo les evita los costes sociales.
Otra medida es la ampliación del área en la que puedan trabajar los taxistas de Madrid. Ahora actúan en Alcobendas, Alcorcón, Coslada, Getafe, Leganés, Móstoles, Pozuelo de Alarcón, San Fernando de Henares y San Sebastián de los Reyes. Atienden a una población de cuatro millones de personas. La ampliación supondría servir a casi medio millón más de madrileños, a cambio de incorporar a los 132 taxistas de Boadilla, Fuenlabrada, Humanes, Las Rozas, Majadahonda, Mejorada, Paracuellos, Parla, Pinto, Rivas, Torrejón, Tres Cantos, Velilla y Villaviciosa. Se recomienda cambiar el sistema de tarifas, limitar a 13 horas la jornada diaria y mejorar el servicio en Barajas. El libro también da recetas al gremio, como el cooperativismo, el turno único y tomar más días de descanso.
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