Como demandan los clásicos
Tirofijo Casiraghi. Lo tenía difícil, porque Arrigo Sacchi ha dejado en Italia a los dos máximos goleadores de la temporada, Signori y Protti, porque además de eso ayer postergó al otro gran punta de Italia, Ravanelli. Pero Casiraghi despejó las dudas con sendos disparos fuertes, rasos y junto al palo, como demandan los clásicos. Con muy poquito alimento resolvió el partido.Buen comienzo. El de Rusia. A pesar de que se encontró con un gol en contra (m. 4) supo armarse desde atrás, sacar el balón jugado, dejar a Zola, Del Piero y Casiraghi en el camino, presionando en, el vacío, y construir un fútbol más que digno. Kanchelskis, Kolyvanov y Mostovoi parecían una amenaza arriba. Por momentos dio la impresión de que el partido sería para los rusos.
Mal negocio. El cambio ruso en el descanso. El líbero Bushmanov, que era quien organizaba la salida limpia del balón, dejó su sitio a Yanovski, un rabioso pelirrojo que pretendía perseguir a Zola. Sin Bushmanov Rusia se atascó, como un camión en el barro, e Italia dispuso del balón durante todo el segundo tiempo.
Zola. Menudo jugador. Ingenio, velocidad, pausa cuando es necesario y autoridad sobre los compañeros. Con Del Piero cerca parecio perder un poco de papel, pero la segunda parte lució en todo su esplendor. Todo pasaba por él y todo salía mejorado de sus botas.
Donadoni. Gustó verle otra vez. El tiempo le ha hecho perder la plaza en el Milan y ha emigrado a norteamérica, pero aún puede lucir durante medio partido en el fútbol de alto nivel. Salió al terreno de juego en el segundo tiempo, se pegó a la banda izquierda e hizo cosas, socorrido por Maldini.
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