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Los homosexuales australianos, contra la ley represiva de la 'isla de Sodoma'

En Tasmania la pena vigente por acto sexual es de 25 años

Los homosexuales australianos tienen una nueva bandera de combate: abolir la ley vigente en el pequeño Estado de Tasmania, que fue conocida coloquialmente como isla de Sodoma, en donde un acto sexual entre personas del mismo sexo se hace acreedor a una pena de 25 años de prisión, según la legislación establecida hace un siglo, cuando en el territorio se puso en funcionamiento una brutal colonia penitenciaria que llegó a albergar a decenas de miles de presos.Los activistas homosexuales de hoy creen que esa ley, que ha sido denunciada por Amnistía Internacional y a la que se supone que no es favorable el nuevo primer ministro conservador John Howard, debe ser abolida. "Estamos ante una encrucijada", dice el líder homosexual Rodney Croome, del Grupo de Derechos para los Gays y Lesbianas de Tasmania. La decisión parlamentaria debe fraguarse a partir de mañana.

La Cámara Baja tasmana -cuya sede fue edificada hace 156 años por presos- votó, tras un histérico debate en el que surgieron expresiones como "vicio antinatural", abolir dos leyes que prohibían la sodomía. Pero el Consejo Legislativo, perteneciente a la Cámara Alta y de carácter conservador, tiene la última palabra. Hasta ahora ha bloqueado toda reforma favorable a los homosexuales, y nunca ha temido invocar la Biblia.

Uno de los más vehementes opositores en el Consejo a la causa homosexual, George Brookes, aboga ya por resistirse a la reforma de los artículos represivos claves. Su mensaje sobre los homosexuales es sencillo: "Dejémosles marcharse y vivir en otro sitio. Nadie les echará de menos".

Howard

Los homosexuales confían en la postura del primer ministro Howard. "Las pocas veces que he discutido con él el asunto de Tasmania", dice una fuente cercana a Howard, "quedó perfectamente claro que está a favor de la reforma gay"."Por más de un siglo", señala el historiador Richard Flanagan, "Tasmania no ha querido ni hablarlo de su propio pasado. La homosexualidad ha sido uno de los mayores silencios".

A principios del siglo XIX la zona empezó a conocerse como isla de Sodoma, porque la homosexualidad, extendida entre los reclusos, fue aireada por los campesinos allí establecidos, para acabar con la presencia de la población reclusa. El Gobierno británico cedió a las presiones de los colonos en 1850 y cesó el transporte de presos.

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