Macario
Estaba Macario sentado a la sombra. Macario Barja. Muy delgado y moreno. "No estoy bien ya. No estoy bien. Allí sigo, en Vallecas, a ver. Pero no estoy muy bien. Son muchos años. Y mucho trabajo". Macario Barjas no habla de lo que hayan hecho en su salud las luchas, la persecución y la cárcel, cuando él, Tranquilino y Arcadio paraban la construcción de Madrid. Fue un trío mítico. Pero aquello ya está pasado.Ayer, en el mitin de Anguita había otros macarios desconocidos, hombres y mujeres que aplaudían cuando Anguita les decía:. "Lo que hoy llamamos izquierda transformadora es la izquierda revolucionaria de siempre". Que asentían cuando les pedía: "Abrid las agrupaciones, hablad con los compañeros de otras ideologías de izquierdas, invitadles a las reuniones, trabajad con ellos".
Hombres y mujeres que ayer se sentían orgullosos porque Anguita les había encomendado lo que los dirigentes no saben hacer: dialogar, unir a la izquierda.
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