Anguita pide a las bases que abran IU a otros militantes de izquierdas
Julio Anguita hizo ayer un nuevo llamamiento a la unidad de la izquierda -"busquemos lo que nos une, no lo que nos separa"- y pidió a las bases de IU que abran la organización a los otros militantes de izquierdas. Se celebraba el décimo aniversario de Izquierda Unida, y su coordinador general criticó ante unos 500 militantes el escaso avance social de esta formación política. Momentos antes, en rueda de prensa, Anguita planteó la necesidad de un nuevo referéndum sobre la OTAN si cambian las condiciones de integración.
Calor, calor, calor. No corría ni un soplo de aire en el patio de La Masía, en la Casa de Campo. Unas 500 personas escuchaban a Julio Anguita en un mitin de recuerdos y de nostalgia. También de crítica. Solemne y grave, el coordinador de IU leyó el acta fundacional que hace 10 años firmaron una decena de personas para crear lo que entonces sólo era una Plataforma Electoral. Desde entonces ha llovido mucho. Y las cosas en IU y en el país y en la izquierda han cambiado mucho.Lo recordó Julio Anguita. Recordó el espíritu con el que había surgido el embrión de IU, quienes lo impulsaron. Citó nombres, algunos en otros menesteres y en otras ideologías. Otros, pocos, donde estaban entonces. Tal vez movidos en la foto: Ramón Tamames, Cristina Almeida, Nicolás Sartorius, Gerardo Iglesias, Enrique Curiel... hasta una decena de personas. De todas ellas, sólo Alonso Puerta había acudido al acto. Recordó Anguita todo lo que había ocurrido en estos 10 años que "no son nada, en política no son nada", diría parafraseando el famoso tango.
Hoy es otro tiempo. "Han pasado muchas cosas en estos 10 años", dijo. "La izquierda ha perdido el poder y se ha producido una gran coalición de la derecha que ha conseguido el Gobierno de España". Sobre IU soltó alabanzas y críticas. Alabanzas por su capacidad de cohesionar a las demás fuerzas, por su consolidación. Y críticas: "Hoy cuando hablo de avance de IU, tengo que hablar de avance institucional. No puedo hablar de avance social".
Viejos militantes, al borde de la sofoquina, intentaban cubrirse del sol con las banderas de papel, el sudor corriéndoles a chorros. Anguita retomaba el discurso pronunciado minutos antes por el coordinador de IU de Madrid, Ángel Pérez, al que había presentado Inés Sabanés. Pérez había hablado del enorme campo que "hay en esta país para crear una izquierda transformadora", y había llamado "injustos a los que dicen que IU ha roto la unidad de la izquierda. Tan injustos como los que se niegan a cualquier forma de entendimiento con el PSOE", advertía.
Pérez mezclaba el llamamiento al diálogo con durísimos ataques al "Gobierno de derechas, de esa derecha del revanchismo cutre, de la cultura ramplona, autoritaria, de doble rnoral", para terminar pidiendo un debate "abierto y público en la izquierda, un debate con el PSOE, para construir la alternativa".
Citó Anguita las palabras de Angel Pérez para hablar de ese diálogo en la izquierda, "sin complejos de superioridad ni de infenoridad". Y fue más allá, porque criticó la escasa capacidad de los dirigentes para el diálogo -"hablemos de ese 80% que nos une, y no de lo que nos separa"- y reclamó de las bases que buscaran el trabajo en común con los compañeros de base de otras organizaciones de izquierdas. "Abrid las puertas de las agrupaciones, no las convirtáis en capillas con la foto del secretario general con alguna que otra vela incluso", pidió.
Y lanzó una advertencia: "Si no nos fijamos en lo que nos dice la calle, si no tomamos contacto con la sociedad, seremos una organización estéril, dogmática y sectaria", tronó. ¿Eso quiere decir que no vaya a haber enfrentamientos con las otras fuerzas de izquierdas? Los habrá, admitió: "Pero si los hay, que sea porque vamos más allá en la defensa del socialismo, de las políticas de empleo, de la igualdad".
Estaba Anguita todavía con la borrachera del cónclave de la izquierda europea del día anterior. Y se lo explicaba a un público que lo único que quería era aplaudir su propio protagonismo por un aniversario que ha pasado prácticamente desapercibido. "Hemos tenido una reunión muy importante en Madrid. Es un primer paso para lograr una política común europea". Y la gente aplaudió. Luego, la organización invitó a patatas fritas y limonada.
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