Las obras del 'coso vertiginoso' nunca cesan

Hay muchas versiones para explicar la construcción de la plaza de toros de Móstoles (199.400 habitantes). La mayoría coincide en que la presión de las peñas y los deseos del que fuera primer teniente de alcalde en la pasada legislatura, Salvador Torrecilla de IU, fueron decisivos. Fue inaugurada poco antes de la celebración de las pasadas elecciones. Los obreros trabajan 24 horas. Por ello, fue bautizada por el vecindario como el coso vertiginoso.Se construyó el año pasado con un presupuesto de 300 millones y oposición de los ecologistas. Los representantes municipales sostienen que la plaza se levantó porque las portátiles resultaban inseguras, y la afición reclamaba figuras del toreo que se negaban a trabajar entre gradas móviles.

Para las fiestas de septiembre se modificará el itinerario de los encierros para que terminen en el interior de la plaza. Con esta medida, se pretende respetar la nueva ley de espectáculos taurinos y sacar mayor rentabilidad a un recinto que abre sus puertas sólo cinco veces al año.

El equipo de Gobierno, del PSOE, está ultimando además el pliego de condiciones para adjudicar su explotación a una empresa que la llene de actividad. Allí también se celebran conciertos con el escenario sobre el ruedo porque la plataforma prevista para estos menesteres resultó ser una chapuza. Nada más estrenarse la plaza se descubrieron fallos tan graves como la falta de un sumidero en los desolladeros e importantes desajustes en las puertas de los chiqueros. El equipo de gobierno tuvo que reconvenir a los arquitectos para que solucionaran las deficiencias. Por contrario, el albero dispone del mejor drenaje de toda España.