Las ardillas del Retiro se mudan a Villaverde

El consejero de Medio Ambiente, Carlos Mayor Oreja, liberó ayer su corpachón vasco de americana y pudor innecesario y se divirtió como uno de los 200 enanos en la suelta de tres parejas de ardillas en el parque de la Dehesa Boyal (de unas 11 hectáreas, en Villaverde). El concejal ecológico, Adriano García Loygorri, hizo uso de su prudencia de académico y se mantuvo más alejado de las seis pelirrojas procedentes del Retiro. "Me dan miedo, por si muerden", confesó. No había mucho que temer porque las ardillas iban de un cajoncito de madera, en el que las transportaron, a la copa del pino más próximo a la velocidad del fórmula uno.Ellas sí debían estar asustadas por el atronar de 200 niños excitadísimos por la suelta de sus seis nuevas vecinas. Uno de los más tranquilos, Enrique, de dos años, fue el primero en dar pipas a los animales, aún enjaulados. Y a la hospitalidad de los habitantes de Villaverde y la generosidad de los pinos encomiendan las ardillas su futuro. Sólo se alimentarán con lo que consigan en el parque, igual que hacían en el Retiro. Sus únicos enemigos son los perros sueltos y los coches.

En estos días se elabora un censo de ardillas para saber cuántas se han criado en Madrid (además, en Fuente del Berro, Casa de Campo, Campo del Moro, Club de Campo y Alameda de Osuna) desde que llegó la primera al Retiro en 1986.