España busca el oro ante Rusia

España se ha clasificado para los Juegos Olímpicos con más méritos que nunca tras el inapelable triunfo sobre Yugoslavia en un magnífico partido. Hoy busca el oro ante la impresionante Rusia (Sevilla, 13.30 horas, La 2) con una gran admiración a su rival. Las fuerzas están muy justas: el central español, Talant Duishebáiev, sufrió espasmos musculares y fue atendido en urgencias el viernes por la noche. Su concurso para el encuentro de hoy está casi descartado.Casi nadie pensaba en Rusia cuando Francisco Álvarez Cascos, vicepresidente del Gobierno y ex jugador de balonmano, Pedro Antonio Martín Marín, Secretario de Estado para el Deporte, y Domingo Bárcenas, presidente de la Federación Española, visitaron el vestuario español en pleno jolgorio. Por fin se había roto el muro que frustró durante un decenio el coqueteo del balonmano español con los grandes éxitos.

El más consciente de ello era el seleccionador, Juan de Dios Román, cuyo nombre es inmediatamente asociado con el balonmano por el gran público. Y obró en consecuencia al dar instrucciones a los jugadores en Ciudad Real: "Cada uno que haga lo que pueda o quiera. La única obligación es desayunar a las 8.00 con traje y corbata para ir a Sevilla". Román no sólo confiaba en la profesionalidad de sus jugadores sino también en que más de uno, como Urdiales, estaba muerto de cansancio.

Caso aparte es el de Duishebáiev tras su visita a la clínica donde le aplicaron suero y sales minerales. Aún aturdido, el cerebro del equipo español, nacido en Kirguizia, ya pensaba en cómo ganar a los rusos, tarea en la que parece no podrá participar. El médico de la selección, Carlos Ruiz, se mostraba en principio tranquilo: "La causa fundamental del problema de Talantes la sobrecarga psíquica. Ha entregado en la pista el cuerpo, el alma y la mente". Y Román apostilló: "He dedicado el triunfo a Rafael Cortés Elvira [antecesor de Martín Marín] porque, además de apoyar el balonmano, intervino decisivamente para nacionalizar a Talant".

Mentalización

Es improbable que el equipo español se mentalice contra los rusos de forma tan intensa como el viernes antes de arrasar a Yugoslavia. Pero, tras las celebraciones, los jugadores y el cuerpo técnico prepararon ayer la final con ilusión y confianza. Tras su fracaso en el Mundial de Suiza, en 1986, los rusos han planificado muy bien la transición de generaciones, sustituyendo la fuerza bruta por la inteligencia en la primera línea. Juantxo Villarreal, entrenador del Elgorriaga, está muy impresionado tras estudiar a Rusia en este campeonato: "Un bloque apabullante, cuya columna vertebral está basada en un buen portero [A. Lávrov], un magnífico central [Kulechov] y dos rocas que sólo actúan en defensa, Atavin y Kiselev".