EL PESO DE LA DUQUESA
La duquesa de York se ha convertido en Sarah Ferguson. Su divorcio del príncipe Andrés de Inglaterra es ya efectivo, y ella, desea aprovechar el futuro para buscar la paz interior. "He aprendido mucho, y ahora comienzo una página en blanco de mi vida", dijo ayer a la cadena comercial de televisión Sky, horas antes de recobrar la soltería. La nueva mujer, más segura de sí misma, que empieza a emerger ahora ha tomado además una delicada decisión. Ha autorizado a Jack Temple, el sanador que la trató el pasado año, para que admita por ella, en público, sus problemas con las pastillas para adelgazar. "No ha sido una adicta, pero esos productos nublaron su juicio durante años. La nación entera ha criticado a una persona que no era siempre dueña de sus actos". El propio Temple, que aplica la energía solar y el agua para sus curas, ha añadido que Sarah quería advertir así de los peligros de ciertas dietas de adelgazamiento. El palacio de Buckingham no ha hecho comentarios. La prensa sensacionalista, por el contrario, ha entrado de nuevo a saco, calificándola de "zombi poseído por los fármacos".-
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