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Condena de 16 años para un jefe de la mafia china por matar a un hombre

Li Min-yin -un hombre de 30 años apodado el asesino de oro y considerado por confidentes policiales como uno de los cabecillas de la mafia china en Madrid- pasará los próximos 16 años de vida entre rejas.La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Madrid le ha impuesto esa pena por el homicidio de su compatriota Yu Lin Shan. Según el tribunal, le asestó siete cuchilladas -una de ellas le atravesó el corazón- con un machete de 15 centímetros de hoja.

Además, según la sentencia, Min-yin, que huyó de España tras el crimen y fue extraditado desde Eslovaquia en 1995, deberá indemnizar con 8 millones de pesetas a la esposa de la víctima. El crimen ocurrió la madrugada del 10 de mayo de 1993 en el extinto restaurante Tiananmen (doctor Esquerdo 99), un año antes de que una extraña explosión devastase y calcinase sus instalaciones. El ex gerente del Tiananmen vinculó a Min-yin durante el juicio con una banda mafiosa organizada. Y confesó que días antes del crimen recibió una llamada telefónica en la que un hombre que decía pertenecer a una banda mafiosa le exigía dos millones de pesetas a cambio de su seguridad. Testimonios de confidentes recogidos por la policía española en Berlín coinciden en calificar al ahora condenado como el hermano mayor de la mafia china en la capital de España (véase EL PAÍS del 8 de abril).

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PASA A LA PÁGINA 3

La víctima murió tras mediar en una discusión entre Min-yin y una camarera, según la sala

VIENE DE LA PÁGINA 1El tribunal no entra en su sentencia en la supuesta vinculación del asesino de oro con la mafia china. La sala se ciñe a describir y fundamentar jurídicamente la autoría del homicidio. Así, declara probado que Min-yin y otros seis ciudadanos chinos cenaron aquella noche en el restaurante, y que sobre las cuatro de la madrugada se negaron a abonar la factura que les entregó Guan Yun Xun, camarera y hermana del entonces gerente del Tiananmen. Min-yin se levantó de la silla y trató de agredirla.

La víctima, que cenaba en una mesa próxima, intervino en su defensa. Min-yin sacó entonces un machete y se abalanzó sobre el espontáneo mediador, quien, al ver el machete, echó a correr. El asesino de oro le persiguió y le alcanzó en la puerta de salida del local, donde le asestó la primera cuchillada; las otras seis se las infligió en la calle. Una le seccionó el hueso de la mandíbula; otra, las venas y músculos femorales, y una tercera, el corazón. El arma fue hallada días después en un jardín cercano al local.

Tras el crimen, el acusado salió de España, y, tras un periplo por varios países europe s, fue localizado en Eslovaquia y entregado a España por Interpol en abril de 1995. Desde entonces se halla recluido en Carabanchel.

En el juicio, que ocupó varios días del pasado abril y del presente mes de mayo, Min-yin rechazó su intervención en el homicidio. Admitió que estuvo con seis amigos en el restaurante Tiananmen la noche del crimen, y que, en estado ebrio, se marchó solo del lugar antes de que se produjera el crimen. Sus acompañantes, confesó, se quedaron en el local. La Audiencia sostiene que Min-yin no ha aportado prueba alguna que verifique su versión.

El tribunal que le ha juzgado -la Sección Primera de la Audiencia de Madrid- basa la condena, entre otras cosas, en los testimonios del gerente del restaurante, Guan Ping Xu, y de su hermana, la camarera Yun Xu. El hecho de que el vigilante del local -contratado días antes del crimen, tras recibirse una llamada de la mafia china barcelonesa exigiendo un canon de dos millones de pesetas- no identificase a Min-yin en una rueda de reconocimiento no varía su convicción sobre la autoría del homicidio. Además, la sala entiende que las contradicciones en los testimonios de ambos hermanos pueden deberse a que desconocían el castellano y a una deficiente traducción durante la instrucción del sumario.

Guan Ping Xu, entonces gerente del Tiananmen, confesó que días antes del crimen recibió una llamada telefónica "de una banda china mafiosa de Barcelona" que le exigió dos millones de pesetas, por lo que contrató al citado guardia de seguridad. Pero ni éste ni el gerente del local pudieron hacer nada para defender a la víctima de las cuchilladas, ya que los amigos del homicida les retuvieron dentro del local bajo amenaza. La pena de 16 años es la apropiada si se tiene en cuenta, explica el tribunal, "la brutal y despiadada agresión, la personalidad del acusado y la ausencia de relación anterior" entre el homicida y su víctima. José Emilio Rodríguez Menéndez, abogado de Min-yin, calificó ayer de "tendenciosa la sentencia, porque no analiza en su totalidad los hechos probados", dijo, y anunció un recurso ante el Supremo.

Fuentes jurídicas indicaron durante el juicio que detrás de este crimen se escondía, en realidad, una guerra entre dos clanes chinos hostiles. A la primera sesión del juicio asistió el primer secretario de la Embajada china en España, Fan Lu. A preguntas de los periodistas, el diplomático se mostró escéptico sobre la existencia de una estructura mafiosa dedicada a la extorsión, si bien reconoció que había recibido denuncias de compatriotas que apuntaban lo contrario.

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