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Ciudad olímpica

Un grupo de probos ciudadanos de la Villa ha formado en la clandestinidad una asociación cuyo fin primordial y único es promover a Madrid como sede de los Juegos Olímpicos del año 2008, adelantándose audazmente a otras posibles candidaturas.No se trata de una asociación formada por deportistas ni ex deportistas, ni siquiera por aficionados al deporte. Tampoco se trata de forofos de las retransmisiones televisivas, ni forman parte de las multitudes de "hinchas" que acuden a los estadios para vitorear a club o atleta ninguno. Además, como se deduce a través de los conciliábulos mantenidos en sus primeras reuniones, no están muy seguros de que el deporte ennoblezca, fortalezca o mejore las condiciones físicas o morales de sus participantes, aunque se muestran de acuerdo en que la contemplación continuada de eventos deportivos, vía televisión o en vivo, envilece, debilita el cerebro y engorda.

Los miembros de este comité fantasma proponen a Madrid como villa olímpica para acabar con el agravio comparativo que supone el que nadie se haya acordado de su ciudad a la hora de seleccionar las sedes cuatrienales. Si ciudades con menos fuste histórico, menos habitantes, e incluso con menos tradición deportiva como Helsinki o Atlanta, lo han conseguido, por qué no Madrid. ¿Existe una solapada conspiración antiMadrid que cuenta con las bendiciones de Samaranch que es catalán? No lo sabemos, contestan los del comité preolímpico madrileño. No lo sabemos pero vamos a saberlo ahora mismo, en cuanto todo esté preparado para formalizar la candidatura.

La lista de méritos que recopilan pacientemente estos probos patriotas comienza por el hecho innegable que Madrid no necesita entramparse para construir una villa olímpica, porque Madrid es Villa por antonomasia y su trazado urbano permite la práctica de cualquier deporte de élite, al aire libre o en pista cubierta. Cualquier prueba indoor puede desarrollarse en las vastas superficies de los aparcamientos vacíos, desde un trial motociclista a un partido de tenis. La ciudad cuenta además con magníficos estadios, pabellones, polideportivos, plazas de toros y coronando el conjunto su flamante Peineta.

Pero todo esto es lo de menos, Madrid puede ofrecer a las autoridades olímpicas la celebración de unos juegos de vanguardia que den paso a nuevas especialidades que sustituyan o mejoren algunos deportes obsoletos que no cuentan con la adhesión de grandes masas de público. Por ejemplo, los lanzamientos. El peso, el martillo y la jabalina son objetos arqueológicos, restos de antiguas civilizaciones.

Los concursos hípicos ganarían en brillantez y convocatoria si su trazado se limitara a seguir los fosos y las zanjas, las vallas metálicas y las barricadas con que las obras públicas salpican nuestras calles y plazas. En las carreras pedestres, la milla urbana sobre las aceras convertiría una aburrida competición en una hilarante acumulación de incidencias, haciendo correr a los atletas en vertiginosos zig- zagues para sortear chirimbolos, marquesinas, papeleras, contenedores y excrementos caninos.

Con imaginación y con un sabio aprovechamiento de nuestros recursos sólidos urbanos, las olimpiadas madrileñas marcarían un hito en los inicios del milenio que viene. A esta noble y por ahora callada misión se dedican los miembros del COLMO (Comité Olímpico Madrileño Oculto), que analizan semana a semana nuevas propuestas para ir poniendo en práctica como preparación y banco de pruebas hasta la fecha señalada. Iniciativas como un rally de camiones de la basura en los desmontes de Valdemingómez, competiciones de hockey sobre mármol en los amplios vestíbulos, de palacios, museos y centros oficiales, carreras de mensajeros sin cortes de tráfico, gincanas para conductores alcoholizados, pruebas de maratón para desempleados, con firma de contratos eventuales a los primeros clasificados o recuperación y homologación de antiguos deportes autóctonos y castizos, concurso de papiroflexia para funcionarios y un campeonato mundial de chinos, con participación simultánea de más de cien mil aficionados en el Bernabéu. El COLMO trabaja por Madrid. Apúntate al COLMO.

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