España se acerca a las medallas con la baja de Masip

El fulgurante comienzo de España en el Campeonato de Europa -victorias sobre Suecia, Dinamarca y la República Checa- puede ser eclipsado por la baja de Masip, el cansancio acumulado y el poder competitivo de Yugoslavia, gran rival para ir a Atlanta, que disputa hoy contra Croacia algo más que un partido de balonmano. Si España gana a Rumania en el otro grupo (Ciudad Real, 19.00, la 2) se convertirá en aspirante a medalla."Si nos clasificamos para Atlanta, pasaremos la primera semana de concentración en un balneario mientras la planificada preparación de otros países llega a su cénit". Cuando el seleccionador español, Juan de Dios Román, ilustró de esa forma el desgaste de sus jugadores (cerca de 60 partidos entre la Liga, la Copa Asobal, las competiciones europeas y los amistosos), la lesión de Masip aún no se había producido. El choque constante entre los jugadores es un elemento esencial del balonmano; por lo tanto, jugar tres días seguidos produce inevitables secuelas incluso en los porteros, cuyo sistema nervioso sufre más que el de sus compañeros. El temor de Román en ese sentido ha sido especialmente ilustrado por el pivote Etxaburu: imponente frente a Suecia, sensacional contra Dinamarca y apagado ante los checos; su suplente, Juancho, posee juventud y facultades pero carece de madurez.

Masip se rompió (fractura de metatarsiano en el pie derecho) ante Dinamarca cuando el triunfo ya estaba encarrilado. Román improvisó varias formas de suplirle contra la República Checa pero ninguna resultó muy satisfactoria; colocar a Rául en ataque y a Chechu Fernández en defensa fue el mal menor. Pero la victoria se debió a que cinco españoles -Fort (portero), Duishebáiev (central), Garralda (lateral, Urdiales y Guijosa (extremos)- demostraron que están entre los mejores del mundo.

Si Etxaburu vuelve a sus fueros tras el descanso de ayer y España cumple hoy el pronóstico ante Rumania, la pregunta es ¿se puede ganar sin Masip a Francia, Rusia, Yugoslavia o Croacia?