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Los buenos y los malos empresarios, según Clinton

El presidente pide que los ejecutivos prediquen con el ejemplo

Antonio Caño

No se trata de cambiar las leyes del capitalismo, pero Bill Clinton pretende, al menos, darle un rostro más humano. En un desayuno con un centenar de empresarios y, después, en una conferencia en la universidad de Georgetown, el presidente norteamericano trazó ayer una línea entre quienes son los buenos y los malos empresarios en EE UU.La idea suena pintoresca en un país donde todo el mundo sabe que ganar dinero no es ningún delito. Pero algunos ejecutivos están ganando demasiado dinero -200 veces más que la media de los trabajadores-, y la opinión pública empieza a estar un poco harta de que ciertas empresas despidan empleados por millares mientras sus dueños consiguen elevados beneficios.

"Yo no estoy en una posición de juzgar el salario de los ejecutivos.... lo que quiero hacer como presidente es crear ambientes de trabajo donde se compartan las decisiones y donde todos tengan responsabilidad en el bienestar colectivo... Creo que Pos trabajadores] se resienten de que no están siendo tratados justamente", declaró ayer Clinton en una entrevista al diario USA Today.

Clinton, que gana 200.000 dólares al año, unos 25,5 millones de pesetas, se ha quejado de que los sueldos de los ejecutivos, que eran 30 veces mayores que los de los trabajadores en los años sesenta y 120 veces más cuando él llegó a la presidencia, han crecido excesivamente en los últimos años, mientras que los trabajadores han perdido prestaciones sociales y poder adquisitivo.

Esta sorprendente cruzada por la justicia social está inspirada por un miembro del Gabinete de Clinton, el secretario del Trabajo, Robert Reich, quien el mes pasado sorprendió con una declaración poco común en este país. "Una sociedad drásticamente dividida entre ganadores y perdedores", dijo, pierde su autoridad moral".

El buen empresario, tal como lo describe la Casa Blanca, es aquel que sabe predicar con el ejemplo en las épocas de vacas flacas y que reparte con generosidad en los momentos de bonanzas.

Buenos empresarios son, por ejemplo:

- Yvon Crouinard, de la firma de ropa deportiva Patagonia, que ofrece cuatro meses de permiso por parto y que asiste a los trabajadores que adopten niños.

- Ralph Larsen, de la empresa de cosméticos Johnson & Johnson, que tiene una amplia gama de seguros de salud para sus trabajadores.

- Howard Schultz, de la cadena de cafeterías Starbucks, que incluye en sus prestaciones sociales a los trabajadores a tiempo parcial.

Entre los malos empresarios están:

- Robert Allen, de la compañía telefónica AT&T, que percibe más seis millones de dólares al año, entre sueldo y acciones ' mientras su empresa ha despedido a 40.000 trabajadores.

- Louis Gerstner, de IBM, que tiene un salario de dos millones de dólares, sin contar sus acciones, mientras que despidió trabajadores con sólo 26 semanas de sueldo y seis meses de seguro de salud.

La peor fama entre los malos empresarios le corresponde a Albert Duniap, que ganó 100 millones de dólares por sanear Scott Paper, y que recortó la plantilla de esa compañía en un 3 5% (11.000 despedidos) como parte de tal saneamiento.

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