"Sé que mi padre ha muerto", dice la hija del químico secuestrado
"Sé que mi padre ha muerto y maldigo el día en que el asesino entró en nuestra casa". La familia de José Luis Zaragoza, el químico de 65 años que desapareció el 6 de octubre pasado y que fue supuestamente asesinado por el ex novio de una de sus tres hijas, rompió ayer el silencio mantenido después de que la policía hiciese pública la detención de Javier Cerviñón Rekauer, de 35 años. "Es un hombre inteligente, no está loco; lo tenía todo planeado", afirmó Teresa Zaragoza, hija del químico, en una conversación telefónica mantenida desde las islas Canarias con EL PAÍS. PASA A LA PÁGINA 3
"Era un hipócrita"
"Mi padre le acogió como a un hijo", dice la hija del secuestrado
La relación de Cerviñón con su novia fue agotándose lentamente. A los pocos meses de la desaparición, María Luisa rompió con él. "La policía nos abrió los ojos poco a poco. Pero él [Cerviñón] era un hipócrita: un día subió a consolarnos. 'Estáos tranquilos', nos dijo", rememora Teresa, para quien el final del túnel y de la esperanza llegó la pasada semana.Cerviñón, según la policía, contó a un abogado que conocía a los "mafiosos" que habían secuestrado al químico jubilado y se brindó a servir de intermediario. El letrado, sin embargo, informó a la policía que decidió utilizar a un detective privado, amigo de Cerviñón, para que se le acercase y le ofreciese colaborar en el cobro de rescate. Cerviñón le mostró al detective unas fotografías trucadas en las que aparecía Zaragoza con unos periódicos posteriores a su desaparición. Asimismo, el acusado siguió negociando con el abogado, a quien llegó a enseñar una escopeta que llevaba el químico el día de su desaparición. El pasado martes, a las 15.30, Cerviñón fue detenido cuando pretendía cobrar el rescate.
"Al ver el fotomontaje supimos que mi padre estaba muerto", dijo ayer Teresa, quien no encontraba explicación a la actitud de Cerviñón: "Mi padre no tenía dinero, sólo el chalé y un piso en Zaragoza. Puede ser que se le metiese el chalé en la cabeza. No sé, no me puedo explicar lo ocurrido". La policía seguía buscando ayer el cuerpo del químico.
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