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Los sondeos vaticinan una derrota de Bossano en los comicios de hoy en Gibraltar

"No dé ninguna esperanza a España" es el eslogan del Partido Social Laborista (GSLP) del ministro principal, Joe Bossano. "Con enemigos como España tenemos que consolidar nuestra amistad con Gran Bretaña", reza la propaganda electoral de la Social Democracia (GSD), que encabeza Peter Caruana. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones de hoy en Gibraltar, las relaciones con España no van a cambiar sustancialmente, aunque si, como parece probable, gana Caruana es posible que la tensión mengüe un poco.

La muestra es tan pequeña que en el Peñón se hacen constantemente sondeos. Poco después de que Bossano disolviese en febrero la Asamblea Legislativa, alguna encuesta le fue favorable pero las últimas, encargadas por el diaro Gibraltar Chronicle y la revista Panomara, otorgan la mayoría de sus 15 escaños a sus adversarios centristas de Caruana. Compiten también, sin ninguna seguridad de entrar en el Parlamento, el Partido Nacional (GNP), que capitanea Joseph García, y un independiente que perteneció a la socialdemocracia, Peter Cumming.Los 18.400 gibraltareños convocados hoy a las urnas dirán si los sondeos han acertado. Acuden a votar en un clima de tirantez acentuada con España tras la muerte hace un mes de un guardia civil que participaba desde un helicóptero en la persecución de una planeadora gibraltareña que transportaba droga y el consiguiente incremento de los controles en La Verja. La llegada del Partido Popular al poder, al que se le atribuye la intención de "apretar las tuercas" a la colonia, ha incrementado aún más la tensión.

Violencia verbal

Ni que decir tiene que España y las relaciones con el Reino Unido han sido el eje de la campaña marcada por una violencia verbal sin precedentes a causa del antagonismo entre Bossano, de 56 años, y Caruana, de 39.Todos los partidos quieren emanciparse un poco más de la metrópoli británica pero sin llegar a la plena independencia. Bossano evoca, por ejemplo, la obtención de un estatuto de Estado libre Asociado con el Reino Unido en el que éste sólo sería responsable de la política exterior y de defensa y no de la seguridad interna.

Caruana aboga también por poner al día la Constitución de 1969, pero insiste además en que para sanear la economía del Pelón es necesario dialogar con España "a condición de que Gibraltar esté representado con su propia voz". "Hablaremos sólo de nuestra cooperación mutua y trataremos de reducir la tensión y hostilidad" entre ambos. Sus proyectos tienen pocos visos de prosperar porque el Gobierno español se ha negado siempre a mantener contactos con los gibraltareños a menos que no estén integrados en una delegación británica.

Ha bastado con esta tímida actitud conciliadora de Caruana para que desde el partido de Bossano se le acuse de "vendepatrias". El propio ministro-principal, de la colonia no dudó en tacharle en un mitin de "fascista como Aznar" antes de describir a su partido como la "escoria". Su ministro de, Seguridad Social, Robert Mor, llegó incluso a bromear sobre la prótesis que el abogado socialdemócrata lleva en un ojo que perdió.

"Sin duda se ha alcanzado un récord en las ofensas políticas", se lamentó Caruana. "Están desesperados y la campaña sucia es la única alternativa que les queda". España, replicaba en otro mitin, "no ha tenido ocho mejores años que los transcurridos desde 1988", cuando Bossano llegó al poder con el 73% de sufragios.

"Si alguien ha dado esperanzas a España, autorizando sus gasolineras y otorgando contratos públicos a sus empresas, lo que no había ocurrido antes, ha sido Bossano", proseguía Caruana. "Si alguien ha dado esperanzas a España erigiendo una barrera entre Gibraltar y la opinión pública británica y destruyendo la reputación internacional de Gibraltar, ha sido Bossano", concluía refiriéndose a la tolerancia con el contrabando y el tráfico de drogas.

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