13.800 causas civiles atascadas en los juzgados por la "huelga" de magistrados
Los jueces de primera instancia de Madrid acordaron en diciembre pasado, agobiados por el número de asuntos que abarrotan sus estanterías, "ralentizar" el registro de un 30% de los casos y sólo dar curso a un 70%. Pues bien, cinco meses después, los sótanos de los juzgados acumulan ya un atasco que, al día de ayer, era de 13.800 causas, según reconoció ayer María José Gandásegui, secretaria general de los juzgados de Madrid.Son asuntos que ni siquiera han llegado aún a las manos de los jueces. Y cuando lo hagan (como mínimo dentro de 60 días, pues ahora se están repartiendo las presentadas a mediados de marzo), muchas de ellas -en función del atasco que sufra el juzgado- previsiblemente se situar aún en otra cola aún más incierta que puede durar años. El actual montón de 13.800 causas, que el decanato cobija en el archivo de los juzgados para evitar que se extravíen, no cesa de crecer. Engorda a diario: si a finales de abril el atasco afectaba a cerca de 12.000 casos, en los 13 días que van de mayo ha aumentado en casi 2.000 más. Y la bola seguirá en esa situación, creciendo, hasta que los magistrados pongan fin (de la misma forma en que la iniciaron, a través de una junta de jueces) a la huelga que principiaron el 14 de diciembre. Una protesta ideada para llamar la atención de Justicia y reclamar la creación en Madrid de más juzgados de primera instancia y una nueva legislación que permita modernizar la oficina judicial y agilizar los trámites. La lentitud al repartir los asuntos civiles excluye los casos urgentes y ha propiciado la picaresca de algunos letrados. PASA A LA PAGINA 3
Los asuntos no urgentes tardan 60 as desde que se registran hasta que llegan a la mesa del juez
VIENE DE LA PÁGINA 1
Los funcionarios disponen de un listado, confeccionado por los jueces, sobre los asuntos que se deben repartir sin dilación: medidas provisionales ante una ruptura matrimonial, interdictos, quiebras empresariales... y aquellos que, no estando incluidos, sean considerados urgentes por los jueces o el decanato. Algunos abogados utilizan la picaresca para intentar colar como urgentes asuntos no catalogados como tales. Y es que los juzgados civiles no tramitan causas penales, pero sí asuntos en los que a veces se mueven muchos millones de pesetas.
Tal como están ahora las cosas, los casos no urgentes (un desahucio, el impago de un alquiler ... ) tardan en llegar a las manos del juez un mínimo de 60 días desde que el afectado presenta su escrito en la oficina del decanato. "Hay arrendatarios realmente desesperados, que ven cómo pasan los días sin cobrar y sin que el juez se ocupe de sus casos", señalaron ayer fuentes jurídicas. También se están dando casos de personas que conciertan la fecha de una boda y, llegado el día, no pueden contraer matrimonio porque los trámites del divorcio están atascados, agregan estos medios.
Cuando se inició la huelga, un juez explicó: "La idea es que el asunto, en vez de llevarlo al juzgado y dejarlo parado allí en las estanterías, espere abajo, en el decanato".Fruto parcial
La acción de protesta de los jueces, que dura ya cinco meses, ha dado ya un fruto parcial. El anterior secretario de Estado del Ministerio de Justicia, Fernando Escribano, se reunió a principios de año con representantes de los jueces y se comprometió a crear cinco nuevos juzgados. El proyecto cuenta ya con luz verde. Los cinco nuevos juzgados, que se especializarán probablemente en quiebras y suspensiones de pagos, disponen de sede -un edificio situado en la calle de la Montera- y parte del dinero que precisan -ya se han librado los primeros 40 millones-. Y también tiene ya luz verde el comienzo de las obras. La única forma de desconvocar la acción de protesta es mediante un acuerdo de la junta de jueces de lo civil, algo que, de momento, no está previsto.
Pero aunque los jueces se reuniesen mañana mismo y desconvocasen la huelga, el colapso no desaparecería. Y es que son cientos los asuntos civiles que se reciben todos los días en la plaza de Castilla. Hay días que se registran hasta 450 demandas.
Y la estadística, al menos la última que se conoce, la de 1995, apunta al alza. Los juzgados de primera instancia recibieron el año pasado 81.168 nuevos casos, casi un 4% más que en un 1994, según datos publicados en la revista La Balanza, que edita el juzgado decano de Madrid.
Los ocho juzgados de familia de Madrid (los que entienden de divorcios, separaciones, adopciones de niños...) registraron en 1995 un 13% más de casos (10.990) que en 1994. De ellos, 7.361 fueron por separaciones o divorcios de parejas -la mitad con consentimiento de las partes y la otra mitad con desacuerdo-. Los divorcios de parejas aumentaron casi un 5% respecto a 1994. Descendieron, sin embargo, las adopciones y acogimientos de menores.
Las demandas o escritos relacionados con el impago de hipotecas descendió. En 1995 se contabilizaron 1.920, casi un 7% menos que en 1994.
Los juzgados no especializados aumentaron algo su actividad respecto a 1994. Resulta llamativo el incremento de demandas amparadas en la nueva Ley de Arrendamientos Urbanos. Si en el año 1993, con la antigua ley, se presentaron 2.316 demandas de este tipo y en 1994 descendieron a 2.147, en 1995 la litigiosidad (ya con la nueva ley) subió hasta las 3.662 demandas.
La estadística de los juzgados muestra también la recuperación económica del país en 1995. Ciento tres empresas se declararon en quiebra -un 12% menos que en 1994- y 80 solicitaron a los jueces suspensión de pagos -casi un 40% menos que en 1994-.
La recuperación también se ha de dejado notar en el número de desahucios (cuando alguien no paga una hipoteca o un alquiler y los jueces ordenan a la policía su desalojo). En 1995 se tramitaron 4.652 desahucios, un 22% menos que en 1994.
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