Rafaelillo derrocha valor
Rafaelillo derrochó valor y se lució. Con sentimiento se acompasó al buen tranco del noble 40 y al son de Las golondrinas realizó su faena. Destacaron tres series de siete muletazos cada una, ligados por el derecho con temple y mando.
A sus dos enemigos los saludó de hinojos con un afarolado y el preludio de sus trasteos fue de rodillas con arriesgados pases por alto. Despachó al peligroso sobrero de Zacatepec al ingresar al hule Roberto Miguel -quien lo había regalado- con una cornada grande pero limpia en el glúteo derecho.
Miguel había mostrado temeridad al hacerle el tancredo al salir al ruedo el inválido quinto. En su labor con la pañosa fracasó, se le vio titubeante con el segundo, que desarrolló sentido, y como el quinto terminó parado por haberse lastimado una pata, no lo pudo torear.
Tenexac / Rafaelillo, Miguel, Romero, Fraga
Toros de Tenexac, serios, descastados, excepto 4º; de Zacatepec: uno sobrero y otro para rejoneo, chicos.Rafaelillo: vuelta; oreja. Roberto Miguel: pitos; división; herido por el sobrero. Jesús Romero: aplausos; silencio. El rejoneador Enrique Fraga: oreja. Plaza El Toreo, 12 de mayo.
El hispano Jesús Romero mostró finura y esencia con el percal, pero estuvo falto de recursos con la sarga. Emocionó a la concurrencia al recibir con señorío a sus dos enemigos bajándoles las manos, dando el paso para adelante al cargar la suerte en bellas verónicas. Con la franela no entendió al complicado tercero y como el inválido sexto calamochaba se vio apurado en su labor.
Enrique Fraga rejoneó con decoro por los adentros al manso novillo de Zacatepec
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.