El Congreso perderá la mayoría en el Parlamento indio, según los sondeos

Las elecciones generales en India, iniciadas el pasado día 27, tuvieron ayer su última gran jornada de voto, en la que unos 200 millones de electores fueron convocados a las urnas. La participación fue más baja que en las jornadas precedentes y se estimó en un 50%. El gobernante Partido del Congreso perderá las elecciones, según el sondeo con encuestas a pie de urna hecho público anoche por la televisión estatal. El Congreso obtendría 142 escaños de los 545 de la Cámara baja, mientras que el nacionalista hindú Partido Bharatiya Janata (BJP) se situaría en primera posición con 192 escaños.

Esta proyección corrobora los análisis de los expertos de que de estas elecciones no saldrá un claro vencedor, sino que habrá necesidad de recurrir a un pacto para gobernar. Hoy, a las 8.00 horas (14.00 en la España peninsular) comienza el recuento oficial y se espera que el sábado se conozcan los datos definitivos del nuevo Parlamento.En la jornada de ayer reinó una calma relativa, a pesar de los cinco muertos en el Estado de Bihar y cuatro en Lucknow, capital de Uttar Pradesh. A éstos se suman los 14 que perdieron la vida en diversos incidentes el domingo, también en Bihar, el Estado más pobre y más violento.

Alrededor de 70 personas han muerto en estas elecciones. Sin embargo, los expertos consideran que se ha dado un paso, importante en la reducción de la violencia electoral que tradicionalmente ha azotado a este país. En 1991, las víctimas ascendieron a unas 300, entre ellas el ex primer ministro y líder del Partido del Congreso, Rajiv Gandhi.

En las encuestas a pie de urna de los comicios de ayer, el centrista Partido del Congreso aparecía como el más votado. Pero se votó principalmente en el sur del país, donde el Congreso goza de una cómoda mayoría, mientras que su peso en el norte es mucho menor. En realidad, todo apunta a que estas elecciones serán definitivas para que el Congreso, que se formó en la lucha contra el imperio británico y que ha dirigido el destino de India desde su independencia en 1947, con dos cortas excepciones de cuatro años en total, deje de ejercer -al menos casi en solitario como ahora- el poder. Su actual dirigente y primer ministro, Narasimha Rao, es acusado por detractores dentro de las filas del Congreso, de no haber abordado la reforma del partido y de sumirlo en un caos que se traducirá en un fracaso en las urnas.

El voto de ayer se extendía a 183 circunscripciones de 13 de los 25 Estados de la Unión India, entre ellos el de Maharashtra, el más rico de todos y cuya capital, Bombay, es la primera ciudad y el primer puerto del país. A diferencia de los días precedentes: 27 y 30 de abril y 2 de mayo, el BJP no partía como favorito, pero se esperaba un aumento significativo de votos que confirmen la tendencia de que será el partido más votado del país.

La tercera fuerza que compite, además de una multitud cada vez mayor de partidos regionalistas, es la alianza Frente Izquierdista-Frente Nacional (LF-NF), que agrupa a la mayoría de los partidos de izquierda. Esta ha hecho de la política de privatizaciones y de apertura económica llevada por Rao en sus cuatro años de Gobierno el centro de las críticas de su campaña. En medios financieros e industriales se teme que la intransigencia del BJP a la hora de negociar para formar Gobierno facilite la formación de uno entre el Congreso y el LF-NF, en el que la actual política económica se vería seriamente amenazada.