Seattle busca el final feliz

Éste ha sido el año de los Chicago Bulls en la temporada regular de la NBA.. Pocos saben quién ha sido el segundo equipo en esas categorías estadísticas; pero la respuesta es: los Seattle Supersonics. Sin embargo todo lo que se recordaba de los Sonics al comenzar los play-offs 96 era que habían caído, por dos temporadas consecutivas, en la primera ronda de las eliminatorias. Ese estigma les acompañó a la hora de enfrentarse a los Sacramentos Kings, el octavo clasificado del Oeste. Afortunadamente para los muchachos de George Karl -y para la continuidad del propio Karl en el banquillo de Seattle- Shawm Kemp y sus compañeros vencieron los dos siguientes encuentros en Sacramento y avanzaron hacia las semifinales de la Conferencia Oeste. Las cosas no han podido comenzar mejor para los campeones del Pacífico en las series semifinales -disputadas al mejor de siete partidos- ya que los Sonics arrasaron a los vigentes campeones, los Rockets de Houston (108-75), dejando a su estrella Olajuwon en sólo seis puntos: su peor producción desde que ingresó en la NBAEl conjunto de Seattle parece diferente al de las dos temporadas previas. ¿La clave? La tranquilidad y la atmósfera relajada que se respira alrededor del equipo. En el pasado reciente, los Sonics eran un volcán en constante erupción. Las confrontaciones internas, las peleas entre jugadores, los gritos entre el técnico y sus hombres eran la principal atracción del equipo a estas alturas de temporada. Y cuando llegaban los play-offs, los Sonics estaban tan metidos en sus guerras internas que no eran capaces de identificar al auténtico enemigo.

Karl ha tomado, esta temporada, el control total sobre su equipo y sobre sí mismo. Sustituidos los jugadores conflictivos, por hombres como Hawkins y Brickowski mucho más dúctiles, los Sonics han sido una familia feliz. "Éste es el mejor equipo que he dirigido jamás", señala George Karl.

El poderío físico y la clase técnica de los Sonics sigue descansando en dos jugadores con tendencias volátiles: el base Gary Payton y el alero Shawn Kemp. Juntos anotan casi 40 puntos por partido y se reparten 15 rebotes. Karl ha depositado en ellos su confianza. Los Sonies buscan un final feliz.

Mientras tanto, el sueño de Sabonis terminó ayer. Portland perdió por un contundente 102-64 el quinto partido en Utah. Y Atlanta logró el pase al ganar en Indianápolis, 87-89.