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TENIS

La garra de Arantxa hunde a Conchita

La barcelonesa remontó una manga y un 1-4 en contra y ganó en Hamburgo

La final del torneo de Hamburgo supuso una nueva lección de pundonor de Arantxa Sánchez hacia Conchita Martínez. Ambas tienen 24 años, pero la aragonesa no ha logrado aún librarse del ascendiente que la jugadora barcelonesa siempre ha tenido sobre ella. Ayer en Hamburgo, Conchita desplegó todo su potencial y pareció tener amarrado el partido cuando vencía por 6-4 y 4-1 en la segunda manga. Sin embargo, en aquel momento, Arantxa sacó toda su garra y, en vez de dar el encuentro por perdido, comenzó a luchar por cada bola, cada punto, cada juego hasta que logró desequilibrar a su rival. Conchita perdió por 46, 7-6 (7-4), 6-0. Arantxa ganó su tercer torneo de Hamburgo -y se quedó el trofeo en propiedad-, su 24º título y un talón de 9.480.000 pesetas."Para mí ha sido un triunfo muy significativo, porque hoy es el Día de la Madre y quería dedicarle esta victoria a la mía, que está en Barcelona", comentó Arantxa tras su triunfo. Para Conchita la decepción resultó terrible. "Creí que iba a ganar, y me faltó poco. Ahora sólo puedo intentar levantar la cabeza y pensar en los próximos torneos", explicó. La victoria le permite a Arantxa recuperar la segunda posición en la clasificacion mundial de la WTA en detrimento de Conchita, que caerá hoy al tercer puesto.

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Los duelos entre Arantxa y Conchita siempre han tenido connotaciones especiales. Cuando se enfrentaron en su etapa de formación eran ya las dos jugadoras que más expectativas despertaban y, por tanto, estaba en juego su prestigio. Después, cuando se enfrentaron en la final del Campeonato de España de 1988, Conchita acababa de entrar en el circuito profesional y con su victoria quería demostrarle a Arantxa que ya había llegado. Desde entonces han jugado 11 veces en el WTA Tour. Y La aragonesa los ha saldado con sólo tres victorias.

La última vez que Conchita superó a Arantxa fue el año pasado en la final del torneo de Roma. Y lo hizo en dos sets, de forma contundente (6-3, 6-1). Arantxa, en cambio, la ganó en semifinales de Wimbledon en 1995 y volvió a superarla en las semifinales de Tokio, el pasado mes de enero. Su ascendiente sobre la aragonesa sigue intacto y así se hizo patente en las dos últimas mangas de la final que ambas disputaron ayer.

Aparentemente, no había ningún motivo para que Conchita acabara destrozada como terminó. La aragonesa inició el encuentro con una buena mentalidad, muy metida en el juego y centrada en lo suyo. Rompió por dos veces el servicio de Arantxa y, aunque lo perdió en el séptimo juego, ganó la manga por 6-4. En la segunda prosiguió con la misma tónica, marcando el ritmo del encuentro y llevando a Arantxa de cabeza. Hasta que se colocó con 4-1. Y allí su mentalidad comenzó a resquebrajarse al notar que su físico ya no estaba al mismo nivel y que Arantxa se mantenía muy fuerte, a pesar de lo que había corrido. Eso rompió los esquemas mentales de Conchita. Su juego delataba que tenía ganas de acabar de una vez, en la tercera manga. Por eso la perdió por 6-0.

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