Dos cadáveres calcinados elevan a 34 la cifra de muertos en Australia
El australiano acusado de dar muerte el domingo a 32 personas se recupera de sus quemaduras en el hospital Royal Hobart, el mismo en el que están internadas algunas de sus víctimas. El balance de muertos se incrementó ayer en dos personas, los propietarios de la casa de huéspedes en la que el loco se encerró durante 19 horas. En la madrugada del lunes en España, el joven, de 29 años, prendió fuego al edificio y salió de él con sus ropas en llamas. La policía descubrió después los cadáveres. No se descarta que haya más.
Port Arthur, la histórica prisión situada en la isla de Tasmania, al sur de Australia, amaneció ayer consternada. Los 20 cadáveres, tal y como el joven perturbado les mató a tiros mientras comían en el restaurante, eran la prueba 24 horas después de que la locura del domingo no fue una pesadilla ni una ficción. Nadie tocó a los muertos hasta las primeras investigaciones. La policía teme que la cifra definitiva de muertos supere los 34, pues cinco de los heridos están en estado crítico. En Hobart, la capital tasmana, miles de personas con velas acudieron en la noche del martes a un servicio religioso en la catedral anglicana.Aunque las autoridades mantienen en secreto la identidad del pistolero, que se encuentra bajo fuerte custodia policial en el hospital, se conocen varios detalles. El criminal vivía en una granja a 40 kilómetros de Port Arthur, lugar en el que había vivido durante los últimos cuatro años. Sus vecinos, que sólo le identificaron con el nombre de Martin, le describieron como una persona que dormía durante el día y caminaba por los alrededores durante la noche, cargando siempre un arma de fuego. Indicaron que Martin cambiaba de estado de ánimo, era muy voluble y excitable.
Mente de un niño de ocho años
El padre del criminal murió ahogado hace tres años en una pequeña presa situada en la granja. La policía agregó otros detalles. Según las autoridades el multiasesino tiene la mentalidad de un niño de ocho años y una gran pasión por las armas.Esta tragedia, la peor de esta clase en la historia de Australia, ha conmocionado a los australianos que se preguntan el por qué en los últimos 10 años han ocurrido cuatro hechos similares. En 1987 Julian Knight mató a tiros a siete personas en Melbourne. Otros tantos murieron en la calle de Queen, también en la ciudad de Melbourne y en la costa central del Estado de Nueva Gales del Sur, en 1992.
Todos los partidos políticos, federales y regionales, se pronunciaron a favor de un control más estricto en el registro y la posesión de las armas de fuego. Tasmania es uno de los dos Estados de Australia en donde todavía se pueden adquirir legalmente armas semiautomáticas. Por ello, el joven se hizo con dos fusiles de asalto de alto poder destructivo: un AR-15, una versión del norteamericano M-16, y un SKS, una copia china de fusil ruso Simonov, con capacidad de disparo de 735 balas por minuto, con los que perpetró la matanza.
El primer ministro de Australia, John Howard, quien advirtió contra lo que denominó la "cultura de la violencia", hizo un llamamiento para adelantar una conferencia prevista para julio, y en la que se iban a tratar varias propuestas para aumentar el control de las armas de fuego. Ahora se celebrará en 10 días.
Entre los mensajes de condolencia enviados por líderes políticos de varias naciones, hubo uno que tocó el corazón de los tasmanos: el mensaje de la villa escocesa de Dunblane, donde el 16 de marzo otro perturbado, Thomas Hamilton, acabó con la vida de 16 niños y su profesora.
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